Infidelidad: ¿Somos Infieles por Naturaleza?
Hace unos días, hablé con una amiga del tema de la fidelidad, pero fue justamente el de la infidelidad con el que tuvimos un debate de esos ricos, de los que te llenan, de esos que te abren los ojos, que te resuenan, que te hacen acabar entendiendo que aunque somos seres humanos imperfectos por todos los errores que cometemos, siempre, siempre, lo que ocurre en tu vida tiene que ver con tus decisiones y en cómo afrontas sus consecuencias.
Y es que como le decía a ella, amar es una de las sensaciones más deliciosas que existen y cuando estás enamorado de una persona, no te provoca, no quieres, no tienes intenciones de estar con otra, sea quien sea esa otra persona.
Y esto sucede porque la sensación de estar enamorado, más que un compromiso con otra persona, es una especie de acuerdo tácito contigo mismo en el que te sientes tan bien y tan cubierto en tus necesidades afectivas, que sencillamente, no te apetece buscar en otros lo que ya tienes.
A ver, sé que es un poco distante lo que voy a decir pero, yo logro relacionarlo perfectamente con el tema y con mis propias palabras: Cuando te gusta y tienes una almohada cómoda, divina, deliciosa y que te hace descansar, no piensas en otra, al menos hasta que ésta se daña.
Y así, como esa almohada, es tu pareja. Cuando está todo bien, sencillamente solo quieres recostarte sobre ella y descansar en el confort que te brinda.
Y entonces, cuando estaba yo muy cómoda hablando de la almohada y la analogía con la pareja, mi amiga me interrumpe para dejarme en shock y decirme que ha estado escribiéndose con otro hombre y que realmente, no siente estar haciendo nada malo.
Claro que aquello fue un tobazo de agua fría para mí, que siempre he visto desde afuera cómo su esposo y ella han hecho una de las parejas más estables, serias y ejemplares de mi entorno.
Hoy estaré hablando del tema de la infidelidad, desde mi perspectiva y desde mis opiniones que en algunos casos pueden ser muy románticas y en otros, definitivamente, antagónicas a mis propios conceptos. ¡Comenzamos!
¿Fiel a ti o a tu pareja?
A ver. Soy de las defensoras irremediables de lo que me causa bienestar, así que siempre voy a abogar por lo que cada uno siente que le proporciona esa sensación, claro que sí.
Pero precisamente por esta razón, debo aclarar que sí, tienes el derecho de amar y es perfectamente humano que en algún momento y dependiendo de lo que estés viviendo, dejes de amar, pero este fenómeno no sucede de un día para otro y siempre se puede evitar.
De eso justamente se trata la fidelidad, de mantener la capacidad de controlarte ante algún estímulo y que entonces, logres balancear lo que tienes, lo que quieres y lo que sientes, no solo contigo mismo sino con los demás.
Hace unos días estuve viendo algunos capítulos de una serie o telenovela llamada El Sultán, que está basada en la historia de Suleiman, uno de los líderes del Imperio Otomano, quién vivió por allá en los años 1500.
Pues resulta, que en esa época y por sus tradiciones religiosas y culturales, las mujeres no eran más que adornos en las vidas de los integrantes de las dinastías que se encargaban de dirigir aquél imperio.
De hecho, se les prohibía ser vistas por otro hombre que no fueran los eunucos, que eran hombres castrados que las cuidaban, y por el Sultán y otros miembros de la realeza otomana.
La cosa es que con cientos de mujeres en un harén disputándose el amor del Sultán o de algún otro miembro del gabinete de gobierno (la primera opción siempre era el Sultán), cada una de las que estaba ahí debía compartir la atención de aquél hombre con el resto de las odaliscas.
Ellas debían enamorarse y entregarle a él sus vidas, sus almas y su fidelidad. Sin embargo, en la mayoría de los casos, solo eran usadas por estos sultanes para procrear a sus herederos y en muy pocos casos, lograban relaciones sentimentales que no fueran más allá del mero hecho de acostarse con el hombre, desear un embarazo para ascender dentro del harén y convertirse, si eran buenas, en las favoritas del sultán de turno.
La verdad es que aquella época para las mujeres fue muy dura, pero volviendo al tema, se hablaba de una fidelidad por parte de ellas, que él no les retribuía así que no es de extrañarse que estas mujeres estuvieran siempre en conflictos y con episodios horrorosos de celos.
Una de las que cambió la historia de las mujeres en el imperio Otomano fue una chica llamada Hurren, quien no solo se convirtió en la madre de 6 de los hijos del Sultán en una época en la que solo les era permitido un hijo a cada consorte, sino que además, logró la fidelidad y el amor de éste, hasta el punto de convertirse en su esposa, figura que no existía dentro de aquella cultura, o al menos no para las consortes.
Hablo de esto porque en uno de los episodios de esta telenovela, esta mujer Hurren, le dice a su sultán que él no sentía el dolor que ella sentía cada vez que sabía que él pasaba una noche con otra de las mujeres del harén, entonces, ella concluyó que él no la amaba, mientras que él, extrañado de que ella sintiera celos, se mostraba realmente sorprendido.
No solo eres tú
Y esto es justamente lo que sucede cuando ocurre una infidelidad en esta era actual. La persona, tu pareja, será lastimado con tu actitud, porque el hecho de ser infiel siempre va a traer tristezas, estés del lado que estés, y eso, no se le hace a una persona que amas o dices amar.
Después de tanto hablar, ese es mi punto. Cuando eres infiel, no amas y esa para mí es toda la verdad.
Mi amiga, por su parte, está segura que bien se pueden amar a dos personas al mismo tiempo y que si esas dos personas están de acuerdo, pueden vivir perfectamente felices.
Y definitivamente, yo no lo dudo porque en esta época de tantas actitudes, dejé de sorprenderme por el cómo decida cada quien llevar su vida pero, a veces discrepo de algunos asuntos.
Al menos en mi caso, sería incapaz de aceptar una situación así, pero digamos que soy una persona posesiva como me dice mi amiga. Claro está, yo no me veo así, pero supongamos que sí.
En la interpretación de cada persona está la respuesta a lo que se conoce como infidelidad, porque muchas veces puedes sentir que eres completamente fiel pero te cuento que ese fenómeno no es exclusivo del contacto sexual.
También eres infiel cuando estás con alguien pero tu mente está en otra parte y lo peor de esto es que no es tu pareja la persona perjudicada sino tú mismo, porque como siempre he dicho, estar con alguien queriendo estar con otro, es una tragedia griega para quien lo vive.
Entonces, vuelvo a hablar en este artículo de lo que ya he dicho en muchos otros: la claves siempre será el amor propio, el valor que como persona te des y lo que sabes que mereces y en especial, lo que no.
Y es que para mí, tanto quien está con una persona que no quiere como quien sabe de la infidelidad y se hace el loco, tiene serias fallas en su autoestima.
Cuando te conoces a ti mismo, cuando estás seguro de lo que estás dispuesto o no a aceptar en tu vida, cuando tu mínimo de exigencias personales está cubierto, este tipo de situaciones emparejadas con la confusión, no existen y no es porque seas perfecto, no, sino porque estás consciente de tu tiempo, de tu espacio, de tus emociones y te enfocas en lo que te causa bienestar y eso, solo a ti te beneficia.
Los daños en vano
A ver, este tema es tan basto que pudiera estar aquí escribiendo un libro sobre él, pero hoy quiero enfocarme justamente en el tema del conocerse, más que en el de quererse, que por supuesto, van de la mano.
Y es que cuando sabes exactamente quién eres y qué es lo que quieres, no hay distracciones en el camino. Y con esto me refiero tanto a quienes están dentro de una relación con un tercero rondando, como a quienes invitaron a ese tercero a entrar a sus vidas.
Conozco personas que parecen nunca estar satisfechos con ser humano alguno y me refiero a esos que sí, son conocidos como promiscuos, infieles, mujeriegos, y en el caso de las mujeres, ya sabrás cuál es el nombre por el que se les conoce.
Siempre he pensado que un hombre así, por ponerlo de ejemplo, no es solo un mujeriego, no. Para mí, dentro de él trata de llenar, de tapar, de invisibilizar una situación interior que no ha logrado sanar y por eso, está de flor en flor, buscando en otros lo que no encuentra o no es capaz de sanar dentro de sí.
A la par, quienes son estables emocionalmente, no solo son personas centradas, con altos niveles de inteligencia emocional y con un crecimiento espiritual imparable, sino, que coincidencialmente y ya sabes que no creo en casualidades, son personas que no están dispuestas a perder sus energías, tiempo y emociones con situaciones que bien saben que no van a resultar en beneficios para su persona y su entorno.
En el lado del mundo en el que nací, hay cierta tendencia al machismo, a pensar en la monogamia como un tema principal y tácito en una relación y especialmente, hay una tendencia a hacer deudas emocionales que a cualquier ser humano en el mundo le resultarían impagables.
Estas deudas emocionales, como les llamo, no son más que eso de pensar que porque hiciste o dejaste de hacer esto o aquello por tu pareja, ésta tiene la obligación implícita de «devolverte», el favor.
Algo así como que porque yo hice tal cosa por ti, tú ahora debes hacer esta otra por mi, y esas otras siempre tienen que ver con un idealismo romántico que deriva o degenera en el amor incondicional hasta el final de la vida.
Mira, una persona querrá estar contigo porque se siente bien a tu lado, porque son compatibles en sus maneras y pensamientos, porque de alguna manera la retroalimentación en la comunicación tiene altos niveles, pero no porque como ella te quiere mucho, tú también debes quererla. Eso es dependencia emocional y de eso también he hablado en otros artículos.
Pero volvamos a este punto, cuando una persona con un alto nivel de inteligencia emocional se encuentra en una situación de infidelidad, nunca, en el caso de todas las personas que conozco, son ellos los infieles, por el contrario, son esos que resultan sorprendidos. Claro está, no todas las víctimas de infidelidad tienen altos niveles de inteligencia emocional. Ese es otro tema.
Este tipo de personas son justamente los que cuando descubren lo ocurrido, nunca vuelven, los que hacen borrón y cuenta nueva, los que no hacen shows ni escándalos, los que a pesar del dolor, sienten la necesidad de agradecer por no continuar perdiendo su tiempo y energías con una pareja que no es capaz de controlar sus impulsos.
Así que sí, no solo considero a los infieles como personas tremendamente inmaduras, sino como seres humanos incompletos, que deben sanar heridas que tal vez ni saben que tienen.
Esto, como siempre digo, es mi opinión muy personal y la expreso ta cual la siento y pienso después de entender que cada quien tiene la suya y que probablemente, los psiquiatras, psicólogos y otros expertos en conductas humanas, tengan otras opciones entre sus abanicos de posibilidades.
¿Es Nuestra Naturaleza?
Mucho he leído sobre el tema que han querido desde hace muchos años hacer tendencia para hacer ver que el hombre o la mujer, son fieles o infieles por naturaleza.
De hecho, me da cierta gracia con la ligereza que se toma el asunto cuando se compara con animales.
Porque si no lo sabías, la mayoría de estos estudios tienen como referencia no solo el comportamiento de los humanos, sino su relación con el resto de la creación que se aparea en el universo.
Así pues, he visto supuestos estudios en los que se dice que luego de años de observación y análisis se ha determinado que el hombre es infiel por naturaleza tal y como cualquier otro mamífero que busca aparearse para salvar la especie o que las mujeres tienen tendencia a crear compromiso, genéticamente hablando. ¿Es en serio?
¿Se le olvida a estos precursores de la irresponsabilidad que el ser humano es el único ser de la creación con la capacidad de pensar, de analizar y de razonar? ¿Se les olvida que pueden perfectamente evitar dejarse llevar por sus instintos sexuales?
Cuestiono con seriedad que se quiera comparar al ser humano con un tigre o un mono o un castor, cuando la verdad es que no nos encontramos desnudos en el mundo ni tratamos de salvar a la especie de la extinción.
De hecho, pienso que el hecho de ser infiel lo único que expresa es infelicidad e incapacidad de adaptarse a las circunstancias que la misma persona escogió, pero en este punto, no pretendo castigar ni condenar a nadie pues, como ya lo dije anteriormente, tengo opiniones antagónicas al respecto.
Y es que una persona puede perfectamente enamorarse de otra y luego, dejar de sentir ese amor.
Eso, contrario a lo que dicen muchos, no puede evitarse y lo digo porque he escuchado a expertos en el área de psicología y pareja decir por ejemplo, que una persona se da cuenta de cuando las cosas no están bien con respecto a los sentimientos y decidir enmendar.
A ver, claro que entiendo que se refieren al hecho específico de tratar de recuperar ese amor que una vez los unió, pero entonces pienso que si debes tratar de tenerlo nuevamente es casi una obligación y el amor, ese no se obliga.
No puedes obligarte a amar a otro, aún y a pesar de que sepas que es la mejor persona del mundo y que se merece todo lo bueno y que no habrá persona más perfecta para ti que esa y bla, bla, bla.
Pienso que cuando ya no sientes amor, bien sea por rutina, monotonía, tiempo juntos, problemas o cualquier otra opción de las apreciadas como «normales», lo mejor es hablar con sinceridad y terminar la relación.
Si después de una separación, con el tiempo, sus caminos vuelven a unirse, pues muy bien, pero si no, es como estar ahí forzando sentir lo que no se puede obligar a que aparezca.
Con lo que si no estoy ni estaré nunca de acuerdo es con el hecho de engañar, herir, traicionar y perder la confianza de alguien que no merece esa retribución de tu parte.
Si ya no le quieres, si estás interesado en otra persona, dilo y que la honestidad sea tu carta de despedida.
Por supuesto, este tema como muchos otros que toco, no se basan en estudios científicos ni tienen respaldo psicológico, hablo desde mi experiencia y desde la sabiduría que con los años y las vivencias, he podido reunir.
Cada quien tiene una opinión al respecto y disfruto de saberlas porque precisamente, es lo que nos nutre de otras visiones que tal vez por nuestros límites, no podemos alcanzar.
Lo que sí te digo con mucha seriedad es que si estás en una situación de infidelidad, bien sea porque tienes un amante, porque tú eres el amante o porque la descubriste y no sabes aún como reaccionar, pienses que nadie merece ninguna de esas tres posiciones, así que mientras más rápido actúes, siempre en el marco de la honestidad y confianza, más pronto podrás entender que la vida de esa manera, siempre estará opacada por sombras y tristeza y nadie merece vivir así.
En la actualidad hay muchos estilos de vida en las parejas y lo llaman poliamor… Yo voy por la romana vieja y después de ser infiel y sentirme desgastada emocional mente entendí que solo me era infiel a mi, a mis principios y valores. De infidelidad conozco muchas historias al punto que una vez sabía que mi hermana de la vida iba a éso por vez primera y yo la llamé incluso entrando al hotel y le dije: detenten a pensar lo que harás porque después de la euforia quizás no sabrás que hacer… Es complejo y como dices es un proceso de cada quien.
Gracias, es un artículo excelente.