Duelo de Vivos: Afrontar la Pérdida de Alguien Que Sigue Ahí

Cuando escuchamos la palabra duelo, generalmente la relacionamos con el fallecimiento de alguna persona y el dolor que produce ese hecho en otra, porque eso es lo que sucede cuando la muerte llega.

Sin embargo, existe otro tipo de duelo que si bien es cierto, no tiene que ver con la muerte física de alguien, sí que está relacionado con el dolor que causa el hecho de que ese alguien ya no forme parte de nuestras vidas y podamos verle, en algunos casos, sin posibilidad de revertir la situación.

Sí, el duelo por personas vivas existe y no es más que el cúmulo de todas esas emociones y sentimientos que se generan cuando por un abanico de posibilidades, una relación humana, de cualquier índole, se termina y quienes viven el proceso pasan por etapas de dolor, pérdida, ansiedad y otras tantas que en conjunto, reconocemos solo en el duelo por fallecimiento.

Hoy estaré hablando de este tema que es más común de lo que piensas y que representa para muchos, una etapa difícil con la que en la mayoría de los casos, no sabemos lidiar pero que definitivamente, es un proceso que duele más de lo que pensábamos. ¡Comenzamos!

El dolor de una pérdida

Cuando alguien muere, independientemente de la forma y del nexo o relación que tengas con esa persona, es una situación bastante dura y demoledora. La muerte, aunque es lo único seguro que tenemos, sigue siendo un tema para el que la humanidad no está preparada.

Sin embargo, cuando alguien muere, a pesar del dolor, la tristeza, la angustia y todo el proceso emocional que lleva aceptar la muerte, quienes le quisieron tienen una especie de sentimiento de resignación, pues de alguna manera llegan a entender que esa persona ya no está y aunque para unos es mucho más complejo que para otros, esa realidad termina siendo aceptada.

Pero no ocurre así con las relaciones que terminan, bien sean de amistad, familiares, laborales o sentimentales, porque en estos casos no solo debes lidiar con el dolor de la pérdida sino con el conocimiento de que no es la muerte la que impide la continuidad sino, por el contrario, la vida y sus circunstancias.

Hace algunos años, vi llorar desconsolada y durante meses a una buena amiga que había perdido su puesto de trabajo por motivos que no explicaré aquí, pero que para ella, en definitiva, representaba mucho más que una relación laboral. 

Ella había dedicado sus energías, tiempo, habilidades y esfuerzo en mantener ese puesto, era feliz en él, se sentía plena, funcional, productiva en aquél lugar en el que además, cultivó excelentes relaciones profesionales y de amistad, tanto así que todo lo que tenía que ver con su empleo, para ella siempre representó alegría y dedicación.

Pude entender su tristeza, su soledad, su duelo, porque sí fue eso, un duelo que la llenó de amargura, de lágrimas, de impotencia y de un enorme sentimiento de frustración.

Muchos le recomendaban encontrar un nuevo empleo pero ella no quería uno nuevo. Con sus habilidades y experiencia podía encontrar los que quisiera en un abrir y cerrar de ojos. Pero ella amaba ese y el proceso de creación del que fue parte por más de 15 años de su existencia. Era su proyecto. Era su vida.

Tipos de duelo

Hay varios tipos de duelo que suceden cuando no es precisamente la muerte la que rompe con la relación que nos duele. Yo he preferido llamarles duelo a estas situaciones porque para mí lo son, o al menos se le parecen mucho a eso que ya he experimentado.

El fenómeno del duelo, aparece por ejemplo, cuando sentimos que nos rompen el corazón, bien sea en relaciones de pareja, amistad o familiares.

Y es que la pérdida de algo o de alguien que forma parte de nuestra vida y de un momento a otro, simplemente ya no está, es como si te quitaran el piso y no encontraras otro en el que pararte, porque finalmente no quieres una sustitución, quieres lo que ya tenías, que ahora no está y que además, no entiendes bien la razón por la que es así.

Me pasó hace tiempo con una persona con la que tuve muchísimos años de amistad y que de un día a otro, decidí alejar de mi vida pues no solo me rompió el corazón sino que además representó un gran despertar de un estilo de vida que no quería para mí.

De todo mi proceso, lo más difícil fue aceptar que efectivamente, me sentía herida al descubrir muchas situaciones que no creí merecer y que habían estado sucediendo a mis espaldas. 

No soy un ser humano perfecto, pero cuando quiero a una persona, lo hago desinteresadamente y aunque tengo una intuición que no me falla, trato de dejar pasar señales y banderas rojas de alerta porque entiendo que todos tenemos errores y podemos reconocerlos y evolucionar.

No puedo decir que pasé meses de dolor y sufrimiento porque no fue así pero, sí me dolió muchísimo y como había una rutina de amistad creada, además de sitios y amigos en común, fue duro alejarme de todo ese entorno.

Pero lo más duro fue quizás, saber que en cualquier momento volvería a encontrarle, en la calle, en una reunión, en algún sitio común y que a pesar de saberle, no volvería a hablarle y pasaría entonces a ser una existencia completamente ajena para mí.

Y confieso que cuando ocurrió, me pregunté por instantes si realmente valía la pena no tener si quiera cortesías, pero rápidamente entendí, que no debía tenerlas con quien no las tuvo conmigo y que además, a conciencia y aprovechándose de la amistad que le ofrecí durante años, logró sacar ventaja de todo lo que pudo, así que aunque al principio fue incómodo, me deshice de esas dudas y continúe.

Debo confesar además, que tengo un carácter lapidario en el que los matices, en la mayoría de los casos, no tienen cabida. En el terreno emocional, precisamente, es así. Puedo querer mucho y de un día a otro, olvidar en igual medida. En especial, porque comprendí que el tiempo pasa muy rápido para perderlo con quienes a conciencia, saben que están haciendo mal y aún así, lo continúan haciendo porque piensan que jamás te darás cuenta.

Cada proceso es individual y de esa forma personal hay que vivirlo. Lo que le sirvió a otro, probablemente, no sea bueno para ti y viceversa, por eso soy muy respetuosa de los procesos ajenos, pues cada uno sabe cual es el lugar en el que le duele y qué sonrisa va a ofrecer al mundo para que no se note tanto ese dolor.

Ojo, lo anterior solo en el caso de quienes deben afrontar públicamente uno de esos procesos, que además pienso que es muy íntimo. El resto de los mortales, lloramos un día, nos molestamos otro, nos sentimos abatidos al siguiente, y así vamos por el mundo con nuestro corazoncito roto y nuestras emociones a flor de piel pero, seguros que también pasará.

Como ya te dije, cada proceso es individual y aunque se han logrado establecer fases de una etapa de duelo, éstas no tienen por qué darse en un mismo patrón de orden y ni siquiera, es probable que se den todas.

Sin embargo, se han identificado algunas conductas comunes que de seguro sabrás reconocer en caso de que hayas enfrentado una situación así. Lo bueno es que algunos consagrados psicólogos y expertos en conducta humana, apoyan estas etapas y aseguran que el vivirlas conduce a drenar las emociones y por ende, a salir airoso de la situación.

Hablando de esto, recordé el caso de una señora que cuidaba a mi hija cuando era bebé, y que era muy dedicada además, a su esposo e hijos. A ella le pasó de todo en la vida y aunque parecían pruebas superadas, muy en el fondo eran heridas abiertas y solo tapadas por pañitos que al moverse iban cayendo.

Cuando su hija, un poco por intolerante y otro poco porque estaba cansada de la victimización de su madre, se alejó de ella, la señora colapsó mentalmente. Recuerdo verla llorar, reír, gritar y quedarse largos ratos de silencio mirando a la nada, los cuales luego, eran interrumpidos por un nuevo llanto.

Estaba avergonzada de su comportamiento pues hasta ese momento, se había mostrado muy equilibrada en sus emociones. Yo aunque estaba algo impresionada por su actuar, deje que llorara y dijera todo lo que quiso, pues entendí que después de años de apariencias, por fin estaba liberando toda esa carga que llevaba oprimiéndola desde adentro .

Llorar y expresar la tristeza es de esos actos que no solo sanan, sino que son muy saludables para las emociones, así que otra cosa que voy a decirte es que si quieres llorar, no dudes en hacerlo, delante de quien sea y dónde sea. No te reprimas pues eso si que le hace mal a tu salud.

Continuando con la historia anterior, vi a esta señora atravesar muchas etapas con el paso de los días y aunque pude reconocer y nombrar algunas, identifiqué entonces ese duelo que estaba viviendo por la pérdida no de su hija, sino del dominio y control que creyó tener sobre ella. Porque eso, para las personas controladoras e inseguras, también es una pérdida importante.

En ese mismo orden de ideas, entiendo que a muchos les cuesta pensar que es un duelo el hecho de que un hijo se vaya de casa, pero entendí que sí lo es. Obviamente, muchos padres se complacen al saber que sus hijos salen del hogar y hacen vida aparte pues eso significa que se han independizado. Sin embargo, otros, lo ven como una etapa de la vida misma que muere, aunque estén claros que es necesaria y obligatoria para la evolución de las personas.

El Duelo por Amor

Otro de los duelos que es muy común es el de las relaciones de pareja que han terminado, especialmente cuando ese fin llega abruptamente y sin ser esperado de ninguna manera.

En el campo de las relaciones humanas, una separación o divorcio, implica el fin de un proyecto conjunto y para los más optimistas, un comienzo desde cero y aunque afortunadamente hay muchos casos en los que la ruptura se hace con madurez, no todos corren con esa suerte.

Recuerdo a una amiga de mi madre que vivía eternamente enamorada de su esposo y que además, veía por sus ojos. Lo idolatraba, era su ideal y no solo eso, escondió algunas infidelidades de él para que sus hijos no perdieran el respeto por esa figura perfecta que ella se empeñó en mostrarles.

Cuando me enteré de que se iban a divorciar, luego de unos 20 años de matrimonio, recuerdo haber acompañado a mi madre a su casa. Una de sus hijas con cara de drama aunque aún era una niña, nos abrió la puerta y acto seguido le indicó a mi madre donde encontrarla.

Yo tenía unos 11 años pero recuerdo perfectamente haberla visto recostada sobre un sillón, siendo un despojo humano de lo que conocía de ella. Sus ojos no se distinguían. Estaba absolutamente hinchada y con la mirada perdida, lloraba inconsolablemente. Me impresioné de verla así aunque no me dejaron estar mucho tiempo y rápidamente me despacharon para que fuera a jugar con las hijas de la amiga de mi madre.

Luego me enteré de que en efecto, su esposo tenía una nueva amante y se había ido con ella, razón por la que mi madre le decía entre susurros, que yo con mis oídos bien afinados logré escuchar, que no podía echarse a morir mientras ella, en efecto, respondía que eso era lo único que quería.

Con el paso de los años y al tener mis propias experiencias amorosas, logré entender ese dolor que ella en su momento sintió. Claro que no viví a su nivel, pero sí, una que otra vez me rompieron el corazón y viví esas etapas de duelo y llanto por lo que en ese momento, consideré pérdidas.

Muchas otras historias podrían sumarse a estas y yo, personalmente, conozco cientos de ellas, pero la verdad es que creo que está más que claro que el hecho de separarte de alguien que no solo quieres, sino que además ha sido tu compañía de vida y aventuras durante mucho tiempo, también se vive como un proceso de duelo y es justo así como debe ser tratado.

Etapas del Duelo

Como ya te dije, estas etapas no siempre se dan completas o en el orden en el que aquí puedes encontrarlas, pues cada ser humano es distinto y su respuesta ante la pérdida puede durar días, meses, años o incluso, todo lo que le reste de vida.

Y es que he visto duelos que no terminan. No solo por personas fallecidas, sino de quienes se quedan enganchados a una situación de pérdida y todo lo que pasa en sus vidas, según dicen, es producto de esa pérdida, aunque ya hallan pasado 100 años de ocurrido el evento.

Por cierto, acabo de recordar a la abuela de mi hijo, quien tuvo cinco descendientes, siendo el último de ellos el duelo que no ha podido superar, a pesar de que él está vivo.

Y es que este muchacho nació con una deformación en una de sus manos, por lo que ésta no terminó de desarrollarse, razón por la cual su madre ha vivido un luto emocional eterno que la ha llevado incluso a culparse de que el niño haya nacido así, aunque nada tiene que ver una cosa con la otra.

Por cierto, es de destacar que él, quien hoy tiene 42 años de edad y es padre de 3 hijos, es absolutamente funcional y no solo eso, toca extraordinariamente bien algunos instrumentos musicales como la mandolina, la guitarra y el arpa, además de manejar autos y motocicletas, por lo que ya imaginarás que para él, la vida ha sido normal, como cualquier otra persona.

Sin embargo, su madre no solo llora, siente rabia y se culpa de lo ocurrido, sino que ha pasado toda su vida sobreprotegiéndolo. Una vez me dijo que solo el día en el que ella muriera, se le acabaría el dolor por ver a su hijo «así».

Cada vez que habla del asunto, termina llorando y ella misma dice que ese es su duelo, pues no logra aceptar la imperfección física de su hijo. Creo que en ese caso, no hay nada qué hacer pues ella ha decidido vivir con ese sufrimiento.

Por cierto, el hecho de perder alguna extremidad, físicamente hablando, es otro de los procesos que se viven como un duelo, pues para la persona es muy difícil aceptar que hay una parte de su cuerpo que ya no estará nunca más. He visto varios casos. Unos muy optimistas y otros, que aún siguen en desarrollo.

Pero ya entrando en el tema de las etapas del duelo, te cuento que generalmente son cinco, así que aquí te las explico:

  • Negación: Se produce porque la persona no acepta la realidad, bien sea de manera consciente o inconsciente. Los expertos aseguran que esta etapa es normal y que de hecho, ayuda a reducir la ansiedad de la pérdida. Es importante que esta etapa sea superada por la persona, pues negarse eternamente a la realidad, solo traerá males mayores.
  • Rabia: La búsqueda de culpables, la ira descontrolada y la persecución y búsqueda de motivos que logren aclarar el panorama, son características de esta fase, en la que generalmente, la persona no se da cuenta del tremendo gasto de energías que produce buscar respuestas y culpables para una situación que ya no puede revertirse.
  • Negociación: En esta etapa, frecuentemente la persona se fija metas y las «negocia» con una divinidad. Es una manera de evitar el dolor, de sobrellevarlo. Se ve muchas veces en las relaciones sentimentales cuando la persona que siente en duelo solicita continuar una amistad. Se cree que aunque esta fase no es sostenible en el tiempo, logra calmar la ansiedad y el dolor, al menos, momentáneamente.
  • Depresión: Enfrentar una pérdida no es fácil, por lo que casi todos entran en una etapa de tristeza y amargura que puede derivar en una depresión o al menos, en una crisis existencial.
  • Aceptación: Es cuando se produce el desapego emocional de la situación. Esta etapa no tiene un tiempo estipulado, pues bien, cada uno y a su manera, es capaz de sanar su dolor y decidir continuar su vida. Contrario a lo que muchos pueden pensar, no es una etapa que represente alegría, sino más bien la voluntad de continuar, así como la comprensión de lo ocurrido desde una perspectiva objetiva y sin emociones.

Todo pasa

Creo que una de las frases que más me gusta y que logra llenarme de calma en los momentos de mayor angustia, es esa. Todo pasa. Y es que así como se van los tiempos felices en algún momento y nuestra memoria los convierte en recuerdos maravillosos que nos hacen reír una y otra vez, los amargos, también terminan yéndose y es asunto nuestro priorizar la manera en la que queremos que estén en nuestras vidas.

Aunque ciertamente, el dolor por la pérdida de una relación, persona, empleo u oportunidad puede llegar a ser motivo de frustración, nostalgia y tristeza, también es cierto que cada situación que ocurre en nuestra vida es solo eso, una situación y somos nosotros mismos los encargados de afrontarla y convertirla o no, en una lección.

Cada vez que leo o escucho que alguien dice que todos somos maestros en la vida de otros, concuerdo demasiado al respecto, porque en realidad, cada uno de los que se acerca a nuestra vida, para bien o para mal, se convierte en alguien que te hace cambiar y darte cuenta de lo bueno o malo que existe dentro de ti.

Recetas mágicas para que el dolor o la frustración pase, definitivamente no existen porque de lo contrario, serían un éxito total en un mundo cada día mas lejano de la consciencia colectiva y enfocado en la individual.

Sin embargo y aunque ya te comenté que cada persona lleva sus propios procesos de manera personal e individual, pudieras mejorar tu estado no negándolo pero sí, tratando de retomar tu vida, gustos y actividades.

También es oportuno que entiendas que nada en esta vida es eterno, así que es bueno que aprendas a disfrutar de las personas y los momentos entendiendo que no te pertenecen y que no estarán ahí para siempre.

Las nuevas actividades como salir a correr, relacionarte con personas nuevas o inscribirte en cursos o prácticas de tu interés, también son una buena alternativa para que ocupes tu tiempo en cosas que te mantengan alejada de las emociones de tristeza.

Y no, de ninguna manera voy a decirte que dejes de llorar o de sentir, tus emociones y la manera en la que las gestionas son importantes, así que solo tú sabrás cuando es el momento para liberarlas. Tu alma te lo pedirá a gritos y despertarás un día con las energías renovadas y dirás: «Hasta aquí».

Sin embargo, si ves que ha pasado mucho tiempo y no has podido recuperarte, por favor, busca ayuda psicológica sin temor, vergüenza ni miedos, porque un profesional es el indicado para ayudarte a descubrir y gestionar esas emociones que permanecen atascadas dentro de tu ser.

Recuerda que si estás enfermo, por ejemplo, del estómago, lo normal es que acudas con un gastroenterólogo, pero si es tu mente y tus emociones las que están enfermas o en conflicto, nadie mejor que un experto para tratarte. Ponte en manos de los mejores y por favor, olvídate de los coach motivacionales que no están, académicamente hablando, preparados para atender asuntos tan delicados como tu dolor y tu mente.

Y ojo, no tengo nada en contra de los coach, pues siento que ellos desde sus enfoques logran proporcionar herramientas de motivación a sus seguidores, pero no siempre una persona con un duelo activo necesita motivación, sino por el contrario, pienso que necesita ser escuchado y que se validen sus emociones, algo que he visto que muchos obvian con un «Vas a estar bien» o con otro tipo de frases que más bien, pareciera que hacen sentir culpable a las personas por demostrar sus tristezas.

Tus sentimientos y emociones importan así que vívelas, asúmelas, reconócelas, abrázalas y permítete sentir, llorar, gritar y desprenderte de ellas en el momento en el que tú decidas que así debe ser.


Si estás pasando por un duelo emocional por alguien que está vivo pero que ya no forma parte de tu vida, es bueno que recuerdes que cada persona que se cruza en tu camino, aunque se hace parte de tu historia, no te pertenece. Cuando aceptas esto, es más fácil digerir las ausencias.

En el caso de la relaciones que terminan, nuevamente te digo, agradece. Muchas veces he visto como personas se enganchan por miedo a quienes no los quieren, o no los valoran o tienen actitudes destructivas hacia el otro, por lo que en mi opinión, una separación, a veces no es más que un despertar o un abrir de ojos que necesitabas para tu propio crecimiento, así que aunque duela, agradece.

En el caso de hijos y familiares ausentes, te cuento que a esta situación se le denomina el Síndrome de la Silla Vacía y sí, efectivamente ocurre cuando los padres o abuelos ven partir a los suyos en búsqueda de sus propias oportunidades y duele, claro que sí. Pero también corresponde al ciclo natural de la vida, así que cultiva tu mundo en actividades, relaciones de amistad y aficiones que te gusten para que así, seas referencia para ellos y para ti mismo.

Si has llegado hasta aquí, te dejo un abrazo y si estás pasando por una situación de duelo emocional por la pérdida de algo que considerabas tuyo, recuerda que Todo Pasa y que en algún momento, esto también será un recuerdo.

Déjame saber en los comentarios la opinión que tienes acerca de los duelos emocionales por personas vivas.

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15 thoughts on “Duelo de Vivos: Afrontar la Pérdida de Alguien Que Sigue Ahí”

  1. Excelente articulo, gracias por compartir, me gusraria saber sobre duelo por alejarte de tu madre por diferencias de caracter o de abusos valiendose de su parentesco, acoto que despues que me alejé me siento mejor, lo hice pensando en mi bienestar despues de tanto aguantar, pwro reconosco que me cuestiono o suento culpa por no haber dado un poco mas de mi.

    1. Todo lo que le haga bien a tu vida, siempre estará bien. Las situaciones de abuso, control y maltrato, son muy angustiantes, especialmente, cuando se producen con una persona tan cercana como una madre, padre o hermano. Siempre recomiendo, alejarse para sanar todo eso que has estado reprimiendo y también, para poner punto final a la repetición de patrones. Sin embargo y desconociendo exactamente los detalles de tu caso, puedo recomendarte no solo que trabajes en tu seguridad y en tu bienestar, sino también que tengas presente que a pesar de ser una relación tóxica, en algún momento y cuando sientas que tienes el control, busques la manera de tener un acercamiento con ella y explicar tus sentimientos y tu posición. Si definitivamente después de eso, no ves alguna mejoría, continúa tu camino.
      Soy enemiga de permanecer en relaciones abusivas, sean del índole que sean, solo por los nexos. Sin embargo, depende de cada quien y de cada situación, lo que ocurra. Si sientes que en algún momento pueden llevar una relación basada absolutamente en el respeto, te recomiendo que no dudes en hacerlo.

    1. Recuerda Carito: Todo Pasa. Reconoce tus sentimientos y emociones y drena todo lo que debas y por el tiempo que así decidas hacerlo. Tu dolor te duele a ti y solo tu sabrás hasta que momento vas a llorarlo. Te envío otro abrazo gigante y la seguridad absoluta de que en algún momento, dejará de doler.

  2. Excelente leer algo que te llene de esperanza justo en ese momento que tanto se necesita, gracias por sus sabías palabras, actualmente estoy viviendo un duelo de una persona que sigue allí, y realmente no encuentro una salida para calmar ese dolor tan grande que causa, una sorpresa que no esperaba después de 20 años..

    1. Me alegra de cierta manera que en mis palabras encontraras esperanza y alivio. No estás solo. Todos en algún momento pasamos situaciones así. Espero que algunas de las recomendaciones que están en el artículo te puedan ayudar.

  3. Siempre le pido sabiduría y paciencia a Dios para afrontar todo lo que me ha tocado. Pérdida y Ausencia. Pero ahí voy, con toda la fe y la esperanza de que pasará. Excelente artículo 🥰.

    1. No sueltes su mano. Respira, suspira, inhala, exhala. Las respuestas siempre llegan y la sabiduría se hace presente cuando las emociones dejan de tomar el control. Te quiero mucho mi querida Jacke

  4. Gracias por esa explicación, yo sufrí una ruptura matrimonial llena de abusos en la cual no quería que mis hijos siguieran viviendo, de esa ruptura vino varías pérdidas la pérdida de una hija que quiso seguir los pasos de su padre de abusos y mentiras esa pérdida me dolió y todavía me duele ya menos pero aún duele y no solo por las mentiras que dijo de mi a su padre para alimentar una rabia de que una mujer lo dejó que para un machista abusivo es fuerte y lo llena de rabia y todo estos comentarios falsos lo alimentan, por solo tener el consentimiento de su padre por dinero, por vivir sola sin que nadie la aconseje entre otras y ver cómo se va quedando sola que ni a su hermano le habla eso duele, también está la pérdida del dinero y la empresa que habíamos construido que hoy se apoderó de todo dejándome fuera de las empresas también me limpio todas las cuentas para que le suplicara volver con él, a intentado a base de mentiras y de comprar jueces abogados y demás quitarme a nuestro hijo (16 años) el cual no quiere estar con su padre y me a pedido en muchas veces llorando que no lo deje solo que él no quiere estar con su padre una persona que hasta lo a llamado y le ha dejado mensajes diciéndole que yo no tengo dinero y que por lo tanto él no va a poder ser nada y que solo va A pasar hambre si se queda conmigo a lo que mi hijo le respondió quiero estar con la persona que me a dado su mejor cariño y amor de madre que me a apoyado y ayudado en lo que quiero ser y eso para mi importa más que la persona que quiere comprarme solo para dominarme y decir destruí a esa mujer porque me dejó y nos sigas haciendo daño a mi y a mi hermana. Cuesta empezar de cero cuesta levantarse después de todo ese atropello cuesta buscar nuevo empleo para seguir adelante y poder apoyar a mi hijo económicamente para sus estudios.
    Leo tu concejo, gracias por abrir este canal de poder hablar y soltar lo vivido.

    1. María, te abrazo. Has pasado por mucho y lo lamento. Continúa soltando y drenando porque hay dolores que nos hacen mucho daño, pero que definitivamente son necesarios para darnos empuje y continuar. Sana tu corazón y te recomiendo, buscar ayuda psicológica para que puedas hacerlo de la mejor manera. Los especialistas tienen herramientas con las que pueden ayudarte mucho más. De igual manera, tu hijo. No es justo para él, incluso, para la hija, haber experimentado todo este proceso. Quedo atenta

    2. María, te abrazo. Has pasado por mucho y lo lamento. Continúa soltando y drenando porque hay dolores que nos hacen mucho daño, pero que definitivamente son necesarios para darnos empuje y continuar. Sana tu corazón y te recomiendo, buscar ayuda psicológica para que puedas hacerlo de la mejor manera. Los especialistas tienen herramientas con las que pueden ayudarte mucho más. De igual manera, tu hijo. No es justo para él, incluso, para la hija, haber experimentado todo este proceso. Quedo atenta a que puedas sanar pronto.

  5. Excelente artículo. He sufrido duelos en diferentes áreas de la vida. Un trabajo al que dedique mucho tiempo y energía y en ese a su vez perder la amistad de la que era mi jefa. Tambien cuando detectaron a los 42 años que yo tenia un solo riñon, aunque no fue largo senti un vacío, una perdida… me sirvió para cuidar mas mi salud. He tenido duelo amoroso y también por perder personas que han sido importantes en mi vida, 2 de ellos murieron y una persona muy especial que vive pero ya no esta en mi vida. Si, es reconocer las etapas y entender que todo pasa. En mi último duelo lo que me reconfortaba era saber eso y que tiene su tiempo y a mi tiempo.

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