Intuición: ¿Don, Habilidad o Instinto?

Hablemos de Intuición

Siempre que se habla de intuición, las personas tienen a relacionarla con premoniciones y asuntos esotéricos, espirituales, metafísicos y cualquier otro tema que no tiene nada que ver con la capacidad de razonar sino más bien, con la de reaccionar.

Hay personas que dicen haber desarrollado este poder y otros que, lo presentan como un don. Algo así como un regalo especial que solo le fue dado a ciertas personas en la humanidad y que no todos se precian de tener.

Yo, por ejemplo, siempre he sido una persona muy intuitiva y le agradezco a esta característica de mi personalidad, haberme salvado de varios momentos que la verdad, hubiesen pasado a la historia de mi vida como un desastre.

Sin embargo, hay cosas sobre esta capacidad que debes saber y una de ellas, y creo que la más importante, es que no es un don que le fue dado a algunos seleccionados de la humanidad, sino que, todos tenemos esta memoria instantánea que nos hace reaccionar sin usar el raciocinio, aunque unos la manejen y reconozcan mejor que otros.

Hoy estaré hablando de la intuición y la manera en la que puedes reconocerla y, además, desarrollarla para que vayas un paso adelante de todas esas decisiones que a diario debes tomar en tu vida. ¡Comenzamos!

¿Qué es la intuición y para qué sirve?

Imagina que estás en una situación borde de peligro y de pronto, en el momento en el que menos lo esperas, actúas por sobrevivencia, sin pensar, y logras salvar tu vida. Pues eso, querido lector, eso es la intuición.

Es una información que llega a ti y que aún no se precisa desde dónde (si desde tu consciente o inconsciente), pero que, de hecho, hace que tomes decisiones impulsivas que posteriormente, no puedes explicar.

Algunos lo llaman sexto sentido, percepción extraordinaria y hasta premonición, pero la verdad, es que, sí que es un sentido muy desarrollado por algunos, que les hace reaccionar de manera acertada a ciertos estímulos externos y que, en todas las ocasiones, nace desde la nada, o eso es lo que se cree.

Fíjate que a la intuición se le atribuyen sucesos diarios de nuestra vida a los que llamamos "presentimientos" y que lo que hacen es que tomemos decisiones basados en ellos.

Si me preguntas, a mí, para qué sirve, te diré que, para tomar decisiones basadas en algo que vendría siendo una mezcla entre tus emociones y tu razón, pero sin la necesidad de que tengas que analizar lo que harás por mucho tiempo, porque más bien, el asunto es casi instantáneo.

Es ese «algo» que te hace frenar, esa corazonada que te anuncia lo que sucederá, esa respuesta inconsciente que no sabes de dónde salió pero que te salvó alguna vez, eso es tu intuición.

Por supuesto, en el mundo espiritual y metafísico, a la intuición se le da muchísima importancia y se busca la manera de desarrollarla, porque como te dije, aunque todos la tengamos como una memoria dormida, no todos son capaces de reconocerla.

Algunos aseguran que la intuición es esa voz interna que te lleva con un impulso a responder a un estímulo y con el que frecuentemente, tomas la mejor decisión que puedes en un momento determinado.

En la Psicología, se explica que este proceso inmediato de respuesta está relacionado al conocimiento evidente, al inmediato y directo y, aunque aún no han podido explicar el porqué de estas tomas de decisiones, aseguran que en un futuro no muy lejano podrán relacionarlo con los hechos que evidencian el mundo físico en lo que tiene que ver con consciente y subconsciente.

¿Hay manera de desarrollar la intuición?

Definitivamente, sí. Y, de hecho, hay ejercicios con los que podemos expandir nuestros niveles intuitivos; sin embargo, esta respuesta no corresponde a un asunto científico sino místico y cuántico.

Por ejemplo, se cree que, mediante la meditación, la reflexión y los viajes astrales, podemos tener la posibilidad de ampliar nuestra intuición, pero, como ya sabrás, esto no hay manera de comprobarlo hasta ahora.

De hecho, el mundo científico sigue explicando que el fenómeno de la intuición tiene más que ver con las funciones de nuestro cerebro, que, al juntar estímulos externos, concibe conjeturas inmediatas para dar soluciones tipo express.

En lo personal, veo más esta capacidad como una habilidad para entender y mirar la realidad sin usar la razón, sin debatir, sin pensar demasiado. Hay quienes aseguran que es una condición innata y que nada tiene que ver con asuntos sobrenaturales como se piensa en el mundo esotérico.

El hecho de que la ciencia no haya podido explicarla, además de darle un punto a favor al tema espiritual, también ha provocado que se mire esta capacidad desde un punto de vista más esotérico y con el que incluso se piensa, que una persona ha sido bendecida a través de un don.

Pero, te cuento que sí hay maneras de desarrollarla o fortalecerla, así que presta atención a los siguientes puntos:

  • Escúchate: Para desarrollarla con conciencia, algunos piensan que lo primero que debemos hacer es darle importancia a nuestras reacciones cuando nos vemos obligados a tomar una decisión.

Y es que se piensa, y yo estoy segura de eso, que la primera respuesta te la dan tus sensaciones, tus energías.

¿Recuerdas alguna vez en la que hayas hecho o dejado de hacer algo porque un «no sé qué» invadió tus emociones? Pues te cuento, que ese no sé qué es tu energía y mientras más frecuentemente le hagas caso, con mayor seguridad tomarás tus decisiones.

Lo bueno de esto es que no habrá espacio para el arrepentimiento, porque sea lo que sea que hayas decidido, traerá armonía y paz a tu decisión, así que no temas escucharle.

  • Observa: No es casualidad que las personas con mayores aciertos con respecto a situaciones intuitivas sean muy curiosos y observadores de su entorno.

Se cree que la capacidad de observar está relacionada estrechamente con la percepción y esto hará que tu cerebro guarde mucha información de lo que sucede y de los motivos por los qué sucede, por lo que cuando te encuentres en circunstancias parecidas, podrás de algún modo predecir, lo que ocurrirá y con esto, estarás activando tus habilidades.

  • Medita: Cuando estás en proceso de meditación, tienes la capacidad de calmarte y, de hecho, de captar mejor todo lo que ocurre a tu alrededor. Entonces, libre de ansiedad, eres capaz de prestar atención a estímulos que antes, para ti, ni siquiera existían.

Además, la meditación hace que estés más atento y en estado de alerta, así que esto solo se puede traducir en que las percepciones que tengas serán mucho más claras.

También te ayudará hacer ejercicios de visualización, pues no solo estarás alejado de la ansiedad y el estrés mediante esta práctica, sino que con sensaciones de bienestar podrás calmar tus emociones y ser capaz de aprender a escucharlas mejor.

  • Aprende a diferenciar el prejuicio de la intuición: Recuerda que el primero está presente por ideas preconcebidas, es decir, que usa la razón y la segunda, es una especie de brújula que se guía a través de tus emociones y sensaciones.

Para explicarte mejor, conoces a alguien y de inmediato, de acuerdo a lo que percibas de su físico externo, tiendes a formarte una idea de lo que es esta persona, sin saber si tienes o no razón. Esto es prejuicio y se forma una vez que tu cerebro asocia lo que ve con experiencias del pasado, mientras que la intuición es esa energía que te va a decir casi de manera inmediata, si sí o no, percibes a esa persona como positiva o negativa.

  • Practica la empatía: Cuando nos ponemos en el lugar de otras personas, generalmente, podemos saber lo que sienten, piensan e incluso, en caso más extremos, cómo reaccionarán en determinado momento.

Te aseguro que la intuición en parte se genera porque somos capaces de reconocer emociones y sentimientos en otros, por lo que podemos interpretar de manera correcta lo que en ellos vemos, así que, usando la empatía como recurso, serás capaz de «adivinar» emociones e intenciones de terceras personas y obviamente, esto te ayudará en gran medida a activar tu intuición.

La intuición no se explica, se vive

Como ya te he dicho, no hay explicación lógica para esta habilidad pues ella trabaja como una guía interior que te conduce a la paz, al bienestar, a la plenitud, a la felicidad, si se quiere llamar de esa manera.

Esa es la forma en la que podrás saber que tus decisiones no son un prejuicio y que, aunque no tengas cómo explicar de una manera lógica lo que has decidido, la paz que te genera tu decisión es la garantía de que no estás equivocado.

En lo particular, en muchas ocasiones he experimentado y seguido a mi intuición, especialmente en lo que tiene que ver con el contacto con otros. Hay personas que sencillamente, no me trasmiten buena vibra desde el momento en el que las conozco y, siempre, el tiempo me ha dado la razón.

Algunos de mis amigos y allegados, de hecho, me han preguntado cómo puedo saberlo, si apenas los conozco y siempre digo lo mismo: hay algo en ellos que me hace repelerlos y alejarme.

De igual manera, en la vida diaria, hay momentos en los que, aunque todos aseguren que algo pasará, yo estoy segura de que no será así y con mil puntos a favor y solo el mío en contra, termino teniendo razón.

Muchas veces me preguntan cómo lo sabía y no tengo explicación para eso. En ocasiones puedo incluso visualizar los momentos y esto ha sido así desde que soy muy niña, así que siempre he llamado a esta cualidad de mi persona, mi don.

Recuerdo el caso de una persona que se acercó mucho a mí, pero a la que, a pesar de sus atenciones, detalles y carácter solidario y colaborador, nunca pude «tragarme». Veía sus mensajes y sencillamente, los repelía. Nunca llegué a sentirme culpable porque dentro de mí, sabía que no estaba equivocada.

Esta persona se terminó metiendo en el bolsillo a todo mi entorno, menos a mí, que creé una especie de resistencia hacia ella. Tiempo después, terminó robando y estafando a todos los conocidos y por fin, pude entender que sus energías y las mías, chocaban justo por esas intenciones que, aunque estaban ocultas, permanecían en su interior y yo podía percibir.

De igual manera, en situaciones extremas he vivido experiencias con personas a quienes solo he visto en esa primera oportunidad, y me han generado una confianza tan grande que puedo incluso, confiarle mis datos bancarios o las llaves de mi carro para que lo muevan a algún sitio.

Por supuesto que cuando cuento estas cosas, siempre encuentro personas que me dicen que me comporto de modo muy imprudente y que, en algún momento, las cosas me pueden salir mal, pero, repito, hay algo dentro de mí que me permite ser como soy con las personas que recién conozco.

Por ejemplo, suelo relacionar la intuición con las miradas, los gestos y la transparencia, pero, también tiendo a hacerlo con las intenciones de un simple mensaje, así que no podría explicar qué es, pero, siempre está ese algo que no me permite margen de error.

Seres multidimensionales

Hay otros planteamientos en los que la intuición es vista desde un enfoque ofrecido por la física cuántica. ¿Has oído hablar de Jean Paul Garnier? Pues si no lo has hecho, te invito a leer los artículos que he escrito en este blog sobre el desdoblamiento del tiempo y los dobles cuánticos.

Pero suponiendo que, si sabes quién es o que no vas a saltarte este artículo para ir al otro, te cuento que Garnier habla de varias dimensiones paralelas en el que otros yo, también están viviendo en este momento.

Suena un poco alocado si eres una persona muy racional, pero te explico entonces, que esta es una teoría comprobable en la que la ciencia del doctor Garnier ha demostrado con hechos que cada átomo de este universo tiene un doble.

Entonces, según esta teoría, nuestro otro yo o doble cuántico que vive en una dimensión paralela a esta, busca la mejor alternativa posible para cada uno de los momentos que vivimos. Es decir, hasta lo peor que puedes pensar que te ha pasado, era el mejor escenario que tu doble encontró en el tiempo futuro.

Según esta teoría, cuando entendemos la manera de comunicarnos con nuestro doble, él puede guiarnos hacia el mejor futuro probable y se cree que esa voz que identificamos como nuestra intuición, es el conocimiento que él, de alguna manera ya nos ha adelantado.

Pero, además, hay otras señales que también nos son advertidas por nuestra biología y que no tienen que ver con intuición sino, con instintos. Por ejemplo, un niño al nacer, por instinto, busca succionar el pecho de su madre para alimentarse. Esto es herencia genética y es el resultado de años de evolución y de memoria acumuladas para mantenernos vivos como especie.

Sin embargo, las emociones son respuestas instintivas así que debes estar alerta de no confundir los términos. Recuerda que, por ejemplo, todos los casos en los que uses tu intuición te van a dejar con una sensación de tranquilidad, aunque la situación que vivas sea de angustia.

Muy diferente entonces es el instinto, pues, si por ejemplo sientes miedo de subir a un avión, a un barco o a un juego en un parque de diversiones, no es la intuición la que está actuando sino tu instinto de supervivencia a través de tus emociones.


Al escribir este artículo no pretendo otra cosa que hacerte saber que todos los seres humanos conscientes somos capaces de activar nuestra intuición, de escuchar nuestra voz interior, de percibir esas sensaciones que recorren nuestro cuerpo cuando algo nos alerta.

Ya hemos visto en muchos casos, de esos que se cubren con velos de misterio, que, si bien la ciencia es exacta, no siempre tiene respuestas que nos satisfagan en cuanto a los fenómenos inexplicables de la vida del ser humano, así que esto deja un espacio para que cada uno de nosotros forme su propia verdad con sus experiencias y vivencias.

Hay quienes llaman Ángel de la Guarda al Doble Cuántico, hay quienes piensan que una vez que alcanzamos la muerte física, la vida continúa en otras dimensiones, hay, además, quienes aseguran que esta es la única vida que conocemos y tenemos y hay otros como yo, que tomamos lo que resuena de cada teoría y andamos por el mundo alegres de encontrar maneras que nos identifican.

Sea cual sea tu creencia, sé que sabes reconocer esa voz, ese no sé qué, esa sensación que te dice cuando parar y cuando arrancar, y eso, por mucho que queramos explicarlo, es mejor sentirlo y experimentarlo porque siempre será como la magia, que se disfruta más cuando no sabemos el truco.

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