Sigo Amando a mi Ex: ¿Cómo Puedo Olvidar?
Frecuentemente, hablo con un grupo de amigas a quienes les tengo mucho cariño y una de las conversaciones que, en realidad, ya se ha vuelto un poco cansona, tiene que ver con los ex de varios de ellas.
Y es que soy del tipo de personas que prefiere la verdad, aunque duela, antes que vivir de imaginaciones y de supuestos que siempre dejan abierta la puerta a la esperanza que se basa en nada.
Me refiero a que varias de estas amigas, a quienes de verdad estimo muchísimo, están enganchadas en querer creerse que pequeños detalles que pasan día a día en sus vidas, tienen que ver con el amor (inexistente) que aún siguen sintiendo sus ex por ellas y esto, desde mi punto de vista no es más que una pérdida de tiempo, muy necia e infantil, por cierto.
Yo misma he pasado por varias decepciones en el terreno amoroso y entiendo que algunas veces, como seres humanos imperfectos y llenos de contradicciones, queremos que las cosas sean distintas, pero siempre hay una verdad que es inocultable: Quien te quiere está contigo, y punto.
Las personas, especialmente cuando aún conservan sentimientos por sus ex, tienden a recrear historias en sus cabezas basadas en nimiedades que nada tienen que ver con la realidad y que las llevan a pintarse pajaritos en el aire que después, terminan muertos y, además, haciendo que se sientan abatidos.
Hoy estaré hablando del supuesto amor que sentimos por un ex y que, a mi juicio, no tiene que ver con amor sino con miedo de enfrentar la nueva realidad. ¡Comenzamos!
Mi Ex Todavía Me Quiere
Los seres humanos tendemos a intentar que las cosas que nos duelen nos duelan menos, especialmente, en asuntos que tienen que ver con el corazón.
La verdad es que fui idealista y viví una buena parte de mi juventud, con pensamientos irreales en mi cabeza, y es por eso, que luego de madurar, al menos en esa parte, en la actualidad logro reconocer ese comportamiento en otras personas.
Por supuesto, no ando por la vida diciéndole a los demás que están equivocados o que están perdiendo el tiempo, al menos no, de esa manera tajante porque entonces, nunca me escucharían, pero sí, de una forma u otra, les cuento mi experiencia con la esperanza de que puedan reconocerse y entender su propia realidad.
En general, tanto hombres como mujeres, tratamos de ser condescendientes con nuestros pares, por lo que cuando una amiga o amigo nos cuenta una desilusión, la mayoría de nosotros, tratamos de hacerlos sentir mejor y nos empeñamos en que esa realidad no parezca tal.
Me explico con un ejemplo porque es lo que mejor se me da.
Si aparece María y le dice a Ana que Juan le ha cortado porque le dijo que quiere estar solo pues no siente nada por ella, Ana tratará de hacerle creer a María que, por el contrario, lo que dijo Juan no es cierto y sí la quiere, pero, tal vez, está confundido. Ana intentará que su amiga se sienta mejor con situaciones imaginarias basadas en su deseo de no verla sufrir.
Y, en fin, ahí veremos a Ana tratando de que su amiga deje de sufrir de cualquier manera, pero en lugar de hacerlo con la verdad que le ha sido mostrada, lo hará diciendo lo que piensa ella que su amiga quiere oír. Y si María cree en eso, es fatal.
Y es que pienso que decirle a alguien que no quieres estar a su lado es más difícil que cualquier otra palabrería, por lo que a menos que te hayas conseguido con la persona más dramática y peliculera de la bolita del mundo, dudo que alguien que te quiera, decida hacerte creer lo contrario.
A veces solo se trata de afrontar la verdad, pero muchos decidimos darnos una segunda oportunidad aún a pesar de que esa persona ni siquiera se ha enterado y que, de hecho, ya dejó claro la razón de su final.
Independientemente de cuáles fueron las causas de un rompimiento, la única realidad es la que ya existe y si esa persona está haciendo su vida sin ti, entonces, ¿qué haces tú inventando fantasías que te anclan a una realidad inexistente?
Muchos son los que se empeñan en creer que su ex les sigue amando, pero, aunque así fuera, ¿cuál es la ventaja si han decidido ponerle fin a esa relación? ¿Realmente es amor o es más una idealización con miras al sufrimiento continuado?
Cuando me di cuenta de lo corta que es la vida, las historias de amor tipo película dejaron de tener cabida en mi vida porque si algo me metí en la cabeza es que el amor de ninguna manera es sufrimiento y que yo, no soy una mártir.
Muy a pesar de lo que pueda o no sentir, cuando una relación termina, lo primero que hago es acabar con todas las posibilidades de esperanza. Tengo 42 años y la madurez necesaria para entender que, si una relación termina, la vida sigue conmigo o sin mí, así que lo segundo que hago es continuar.
¿Qué duele? Claro que va a doler. No soy un robot, pero mientras más rápido viva mi duelo, más rápido saldré de él.
Vive la realidad y suelta las indirectas
A ver, se puede leer todo lo cruel que te permitas creer, pero si te dedicas a vivir de ilusiones, del pasado o de expectativas, entonces estarás condenándote tú mismo a la soledad y el sufrimiento perpetuo.
Puedes haber tenido la relación más perfecta del planeta, pero si hoy, no están juntos, esa es la única verdad a la que debes aferrarte.
Piensa en algo. Generalmente, tendemos a idealizar las relaciones, en especial cuando éstas terminan. Llámalo mecanismo de defensa o que se yo, pero es así.
Cuando por los motivos que sean, llega el fin de tu relación, entonces, tu mente comienza a recrear todos los momentos maravillosos que viviste con esa persona porque la verdad, es que tú no quieres dejarlos ir.
Una de mis amigas me ha pedido que le recuerde de vez en cuando los motivos por los que frecuentemente discutía con su pareja, que era un hombre medio extraño que usó con ella una psicología bastante destructiva.
Recuerdo que ella había perdido peso, unos 30 kilos más o menos, y estaba muy orgullosa de eso. Él, a decir verdad, era un hombre de talla grande, que evidentemente tenía graves problemas de sobrepeso.
Cuando ella comenzó a alimentarse bien y a perder kilos, él le decía que iba a recuperarlos pronto y trataba de desanimarla.
De hecho, llegó el punto en el que ella cuidaba su alimentación y él llegaba a casa con montones de comida chatarra, se sentaba frente a ella a comer, le ofrecía, la tentaba y ella, algunas veces caía en ese juego.
Después de saberse ganador, él se regodeaba en su «logro» y le aseguraba que nunca bajaría de peso.
La cosa es que ella se armó de paciencia y de fuerza de voluntad y siguió cambiando su cuerpo con buena alimentación y ejercicios, entonces, él comenzó a atacarla emocionalmente diciéndole que no lo quería, que no se aceptaba como era y que apenas rebajara unos kilos más, iba a dejarlo.
La verdad es que sí lo dejó un año después de haber perdido sus 30 kilos, pero no fue por la pérdida de peso sino por el desgaste emocional que sentía derivado de la inseguridad que él experimentaba.
La guinda del pastel fue que luego de la ruptura, él la invitó a almorzar y en plena comida le ofreció un anillo de compromiso.
Ella estaba dudosa pues su amado estaba teniendo episodios de mal carácter muy frecuentes y en varias oportunidades había sido violento con ella, entonces, ante la duda y en pleno restaurante, él decidió armar un escándalo y decir delante de todo el público que ella se negaba a casarse con él porque era gordo.
Lloró, rompió cosas y finalmente, ella debió salir custodiada por policías porque en realidad temió por su integridad.
Luego de pasados unos meses, él continuaba llamándola y escribiéndole y fue entonces cuando ella comenzó a dudar otra vez. Sentía que lo quería y que él no era una «mala persona».
Cuando le recordé lo que había hecho, entonces, pisó tierra y decidió bloquearlo de las redes sociales y de su teléfono. La respuesta inmediata de su amado fue escribir textos larguísimos en Facebook, dando detalles íntimos de su relación y exponiéndola ante todos como una interesada.
Si piensas constantemente en lo que pudo haber sido y no fue, no terminarás de poner punto final a ese ciclo que te empeñas en mantener abierto y eso, no te va a beneficiar en lo absoluto.
Tómate tu tiempo
Nadie te está pidiendo que borres tus memorias cual, si se trátase de una pizarra o un cuaderno porque todos sabemos que eso no funciona así, pero si es bueno que te des el tiempo para vivir tu duelo, pero también, de deshacerte de él.
Ninguna persona sabe exactamente cuánto dura un duelo emocional luego de una ruptura, pero sí que sé que hay personas que lo alargan a través de realidades improbables y exponiéndose a continuar la vida sin cerrar los ciclos.
Otra amiga, se empeñó en ser amiga de su ex y claro que esta es una situación que, en lo personal, me parece muy buena, pero, cuando sigues teniendo sentimientos por esa persona no es la mejor de las ideas. De hecho, es todo lo contrario.
Y es que eso es más o menos como tocarte una herida que no ha dejado de doler. Estarás ahí viéndole, hablándole y, además, es muy probable que también buscando más motivos para enamorarte o simplemente, viendo cosas donde no las hay.
Esta amiga que te cuento seguía saliendo con él de vez en cuando, entonces se metió la idea en la cabeza de que él la amaba, pero, se negaba a aceptarlo, por lo que entonces, ella estaría ahí disponible para que él se terminara de decidir.
Obviamente, vivía en un sube y baja emocional pues él, pasó de tener una relación estable y de respeto con ella, a buscarla cuando quería y, por supuesto, esto era desesperante pues mientras más tiempo pasaba, más distantes eran los encuentros.
Ese cuento finalizó cuando él le pidió alejarse pues estaba dándose una oportunidad con una nueva persona y mi amiga le estorbaba. Por supuesto, ella quedó no solo completamente destruida a nivel emocional, sino con su autoestima casi que en terapia intensiva.
Si ya la relación ha terminado, déjala así. Motivos para separarse hubo y a menos que éstos de un día a otro, ya no existan y esa persona nuevamente te busque para entablar una relación seria, no debes ilusionarte con pensamientos que tal vez existan solo dentro de tu cabeza.
Es bueno que además entiendas que, aunque las ilusiones son necesarias, éstas deben basarse en lo que es real y no en recuerdos que parten desde la soledad y el miedo.
Es natural, además, que tengas la sensación de que quedaron muchas cosas por decir o que tu ex dejó de explicarte algunos detalles en torno al rompimiento, pero, sea cuales sean los motivos que busque tu corazón marchito de dolor, déjalos pasar, porque lo primero que debes entender es que lo que pasó, ya pasó y el cierre al ciclo debes darlo tú que eres quien está enganchado aún.
Estarás bien
Si estás pasando la primera etapa después del rompimiento, tal vez sientas que el momento que voy a mencionarte no va a llegar nunca, pero, créeme que sí lo hará y todo estará bien.
Lo importante de todo esto es que mantengas tu dignidad, valores tu vida y sepas que todo esto que has pasado te está dejando una experiencia y un aprendizaje que servirá en tu vida.
Céntrate en lo que vas a aprender de toda la experiencia e intenta evolucionar y descubrir esa nueva versión tuya que tiene más conocimiento de cómo enfrentar cierto tipo de situaciones.
Si has salido de una relación muy tóxica, recuerda que la dependencia emocional y los nexos que has creado con alguien que estaba frecuentemente para ti y en quien has volcado toda tu atención, no desaparecerán de un día para el otro así que probablemente, te estén dando guerra un buen tiempo hasta que definitivamente decidas sacarlos de tu vida.
Poner límites, dominar tus emociones y volverte consciente de tu poder como ser humano individual, son algunas de las lecciones que llegan después de un rompimiento y en serio, estos aprendizajes serán determinantes en tu vida.
Para finalizar, quiero decirte que hay una diferencia enorme entre acordarte de una persona y no haberlo superado. El hecho de que de vez en cuando pienses en tu ex, no quiere decir que aún te encuentras en el mismo punto, esperando que vuelva, no.
Por el contrario, un día despertarás simplemente pensando en esa persona porque tienes tiempo que no le recuerdas, entonces, ahí sabrás que tu proceso se encuentra muy cerca de finalizar.
También quiero decirte que, si estás notando que ha pasado mucho tiempo y aún sigues como alma en pena, sufriendo por ese rompimiento, es bueno que acudas a un especialista que pueda evaluar tus niveles de ansiedad, dependencia y que en general, pueda ayudarte a salir de esa etapa.
Te dejo un artículo que escribí sobre dependencia emocional y me encantaría que me dejaras tu opinión al respecto.
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