Reyes del Drama: Guía práctica para reconocer el chantaje emocional

Estoy segura de que muchos de nosotros, por no decir todos, conocemos al menos a una persona cuya actitud ante la vida es de absoluto drama y que, dependiendo de nuestro carácter y paciencia, soportamos… o no.

Drama Queen o Drama King es el término con el que he bautizado a algunas personas conocidas porque realmente, parecen ser perseguidas por situaciones que hacen explotar esas cualidades artísticas que, de haber hecho carrera en Hollywood, las harían merecedoras de una estatuilla de La Academia.

Y tú, que me lees, probablemente ya estés pensando en un nombre o persona que te acerca al capítulo de hoy que, aunque en ocasiones se vuelve pesado y tedioso, muchas otras veces nos ocasiona risa, al menos, al recordar.

O, también es probable, que estés aquí para identificarte con situaciones, síntomas o características porque tal vez, ese drama del que hablo corre por tus venas y no por otras.

Sea cual sea el caso, no estamos aquí para juzgar sino por el contrario, para entender estos comportamientos y tratar, en el caso de que sea posible, de alejarlos de nuestros recorridos por la vida propia y la de otros.

Hoy estaremos hablando entonces de estos simpáticos (a veces) personajes cuyas vidas parecen pasar por todas las emociones en fracciones de segundos y que algunas veces, como una catástrofe, pueden terminar sin público que les aplauda. ¡Comenzamos!

¿Búsqueda de atención o manipulación?

Me gusta hablar con ejemplos de los temas sobre los que escribo, porque además de tenerlos y haberlos vivido, me sirven para reflexionar en medio de mis letras, incluso, sobre mí misma.

Y es que, aunque a algunos les parezca una crítica, la verdad es que suelo divertirme escribiendo las historias de las personas que conozco y que, de alguna manera, me dejan experiencias y vivencias que, aunque no haya experimentado, suelo disfrutar.

Conozco a varios personajes cuyas existencias se nutren del drama, tanto así, que, si no lo tienen, lo buscan a como dé lugar y, en esta escala, ubico entonces a un buen amigo de personalidad chispeante, exagerada, solidaria y especialmente, dramática que, en realidad, en algún momento de la vida me llegó a poner los pelos de punta.

Esta persona, vamos a llamarlo Juan, además de esa personalidad que acabo de describir, parecía, y aún parece, brincar de crisis en crisis o estar en una constante búsqueda de situaciones catastróficas que le hicieran ser el centro de la atención de su entorno.

De hecho, creo que es uno de los casos más extremos que conozco pues, siempre encuentra un motivo para estar triste, llorar o estar angustiado, lo que definitivamente, trasmite a su entorno y, si crees que exagero, espera leer lo que describiré a continuación.

Juan, diariamente, usa sus estados en redes sociales para lamentarse por la muerte, enfermedad o aniversario de muerte de alguien que, conozca o no, siente como suyo, incluso si estos son personajes del mundo de la farándula.

Cuando lo conocí, de hecho, fue en el funeral de un amigo muy querido, del cual, por cierto, Juan se apropió, no solo con flores y pesares, sino además con absolutamente todos los gastos que tuvieron que ver con el acto fúnebre.

Obviamente, en esa oportunidad, el amigo fallecido era muy cercano a él, pero, desde entonces, comencé a observar la manera en la que prácticamente, él disfrutaba, por decirlo de algún modo, de esa atención que recibió de todos.

De hecho, al caminar por el cementerio y quedarme un rato a hablar con él después del entierro del cuerpo de nuestro amigo, Juan me llevó a ver al menos dos docenas de tumbas en las que simulaba, sentado sobre ellas, llorar por cada uno.

Muchos piensan que este amigo tiene un problema con la búsqueda de atención, pero la verdad, es que yo personalmente pienso que la situación va mucho más allá de eso.

Como era de esperarse, Juan además es una persona extremadamente sensible y con un carácter muy volátil y explosivo, por lo que estar junto a él es algo así como una montaña rusa de emociones.

Como guinda del pastel, además es muy enamoradizo y esto, a veces, es aprovechado por quienes quieren sacar materialmente hablando, algo de él, así que, más veces de lo que quisiera, lo he escuchado llorar, maldecir y hacer berrinches que no siempre terminan bien debido a sus despechos.

Juan tiene profundos ataques de depresión y estos son expresados en esa necesidad interminable de tener personas a su alrededor que le den la compasión que tal vez, él mismo no puede brindarse.

El Trasfondo

Por supuesto que hay situaciones muy extremas, pero hay personas de quienes algunas veces nos preguntamos si realmente, tienen tan mala suerte o, si, por el contrario, tienden a exagerar situaciones cotidianas con respuestas emocionales que hacen que los demás se sientan con la obligación de estar pendientes de sus tristezas y agonías.

En el caso de los que son muy teatrales, incluso pueden acompañar sus exteriorizaciones con respuestas físicas como desmayos, desarreglos en la presión arterial, pérdidas de conciencia, entre otros síntomas.

Recuerdo, por ejemplo, el caso de un señor que manipulaba constantemente a su hijo para que éste hiciera lo que él quería y en el caso de que no fuera así, de inmediato comenzaba a llorar y a presentar una tos espantosa que lo hacía vomitar y desmayarse.

También viene a mi memoria el caso de la hija de una amiga, cuyo cuerpo creaba convulsiones y fiebres altísimas solo para que su madre no saliera a trabajar.

Y este último caso no lo digo yo, realmente lo presencié, lo viví y lo certificaron los médicos que durante semanas la estuvieron evaluando.

Lo cansón, para mí modo de pensar, de esta situación, es que nada de lo que se hace con este tipo de personas es suficiente, nunca, pues no ha terminado de pasar un drama cuando ya tienen otro por el cual ser consolados y eso, para muchos es absolutamente agotador.

Obviamente, no es lo mismo ser la reina del drama que presentar síntomas que alerten sobre situaciones más complejas con respecto a la salud mental y de eso, debemos ser todos muy responsables.

En el caso de los reyes del drama, cada situación que exageran emocionalmente hablando, es una en la que cualquier otro ser humano tendría una respuesta controlable y que ellos hacen ver como el fin del mundo.

Si existen casos de inmadurez, también los hay de problemas psicológicos más severos, pero, el punto es que hay que aprender a diferenciarlos pues muchas de estas personas que dramatizan todo, no solo tienen ambas características, sino que no las reconocen pues en su mundo, son unas eternas víctimas.

Hacer berrinches, tener ataques de llanto, mal humor, ira y hasta violencia, es la normalidad que viven en su día a día y se ven a sí mismos como víctimas de las situaciones que han debido soportar, aunque éstas sean tan comunes como, por ejemplo, que se les espiche una llanta.

Y es que, a mi juicio, quienes viven pensando que lo peor les pasa, que las situaciones de la vida están hechas o se planificaron para herirles o hacerles sufrir, quien además de esto, no tiene el menor reparo en montar escenas de celos, ira o alguna otra emoción negativa, son reyes del drama que además de atención, necesitan ubicarse en la vida, pues si a esto le sumamos que, energéticamente hablando, se convierten en imanes de la energía que emanan, sabremos que su vida entonces es un caos.

No puedo dejar de nombrar, que hay otro tipo de personas para quienes cualquier emoción es calificado como un drama y esto es la antítesis del tema del que hablamos, pero lo menciono también porque es importante que se entienda que el hecho de que alguien pueda manejar sus emociones de una manera prudente y controlada no hace que otro, que, por ejemplo, estalle en llanto por alguna situación, sea un dramático. Hay que aprender a diferenciar.

Ataques de pánico, angustia, tristeza

El hecho de que alguien sea dramático, no quiere decir que las emociones que experimenta sean falsas. Puede que sí sea algo exagerado, pero esto no es una ley ni un porcentaje demasiado alto como para tomarlo en cuenta. En caso de que así fuera, sería más una persona con tendencia a la manipulación que otra cosa.

Quienes viven sus dramas y nos hacen partícipes de ellos, realmente sienten sus emociones de una manera extrema y eso los hace vivir una vida de angustia y desesperanza en la mayoría de los casos.

También es importante que sepas que, estas características, probablemente pueden ser heredadas de los patrones de conducta de los padres, pues debemos recordar que nuestro entorno familiar es quien más influye en la formación de nuestro carácter.

Recuerdo el caso de una compañera de estudios de mi hija cuya madre es absolutamente controladora, pesimista y alarmista. La niña sufre de un soplo en el corazón, pero no es nada grave. Sin embargo, los cuidados que recibía la niña, que para el tiempo del que hablo tendría unos 9 años, eran hasta absurdos.

Obviamente, la niña vivía en el mismo estado de ansiedad y angustia que su madre y en una oportunidad que estuvo de visita en mi casa, casi colapso debido al estado de nervios en el que entró luego de saber que uno de los dulces que preparé y que ella comió, tenía cacao.

Al parecer, uno de sus médicos le había limitado el chocolate, pero su madre se lo prohibió en su totalidad, por lo que esta niña entró en crisis luego de haberse comido con tanto gusto aquellos dulces que les hice.

Ella decía que el chocolate le daría una reacción y que se asfixiaría, así que yo me puse muy nerviosa al ver su actitud y realmente, con tal escena que armó, llegué a pensar que aquella criatura moriría en mi casa.

De hecho, comenzó a asfixiarse hasta que me escuchó hablando con su mamá, quien me dijo que aunque no era algo tan extremo, igual la iría a buscar para llevarla al pediatra.

Como madre sé que los cuidados con los niños y más, si estos tienen un padecimiento, deben ser constantes, pero, estoy más que convencida que todo lo ocurrido aquel día no fue más que un drama innecesario, por lo que, con el pesar de mi alma, no volví a invitarlas a mi casa.

Años después me enteré por el padre de la niña que se había divorciado de la madre porque no soportaba los cuidados extremos que le daba a su hija y que tanto el pediatra como otros especialistas, le habían sugerido parar con ellos pues eran absolutamente, extremos e innecesarios.

Entonces, analizando la situación y otras escenas que había vivido con ellas, llegué a la conclusión de que esta mujer necesitaba mucho más de su hija que su hija de ella, pues hasta este momento, la sigue usando para armar dramas y tener la atención que ella misma, no se procura como individuo.

Personalidad Histriónica

Además de la exageración o de algún problema genético o trauma infantil, hay otro factor que podría estar afectando a una buena parte de la población mundial a quienes algunos decidimos llamarles los reyes del drama.

El trastorno histriónico de la personalidad es otro de los padecimientos que debe descartarse y que probablemente, muchos de estos personajes a quienes nos referimos hoy, padezcan.

Entre los síntomas de este trastorno están, por ejemplo:

  • La necesidad de aprobación excesiva
  • Comportamiento y oratoria con toque dramático que exagera sus pensamientos, sentimientos y realidades.

Estas personas, generalmente son extrovertidas pero capaces de hacer berrinches innecesarios e ilógicos por casi cualquier cosa en la que sientan que no están teniendo la atención necesaria.

Este trastorno es mucho más común en las mujeres y homosexuales y se cree que los intensos cambios de humor que experimentan también tienen que ver con el.

Aunque suelen tener una personalidad extrovertida, es una constante dentro de las características de estas personas que presenten altibajos emocionales que van de un extremo al otro con demasiada facilidad y en cortos períodos de tiempo.

Por lo general, es muy probable que estas personas que son muy carismáticas, especialmente sociables y que, además, en su mayoría son muy queridos por su entorno, pasen de la alegría al llanto y a tener que ser de alguna manera, protegidos por quienes minutos antes reían con ellos.

Esta inestabilidad emocional, sin embargo, puede esconder además de incapacidad de gestión de emociones propias, señales de depresión cuyos síntomas también podrían empeorar el cuadro con la suma de problemas con el sueño y la alimentación.

Y es que como te dije antes, muchos de ellos, aunque tú los veas como exagerados, realmente viven lo que están sintiendo, por lo que su salud física, así como la mental, podría verse afectada.

Vivimos en un mundo en el que cada vez con menos frecuencia, nos detenemos a analizar las conductas de otros no solo con nosotros sino con el resto del entorno con el que cada día deben lidiar, así que entender la razón por la que actúan de ciertas maneras, para muchos de nosotros no están como prioridad.

Sé que todos estamos muy distraídos ocupándonos de nuestras propias vidas, pero, en ocasiones, un solo gesto de atención puede hacer la diferencia entre la tristeza y el bienestar.

Hace unos meses, tuve la oportunidad de lidiar con uno de estos personajes y aunque me hizo vivir un mal rato, luego entendí que, aunque no sea yo psicólogo, debía tratar al menos de entenderlo para no engancharme a su drama.

Esta persona, valiéndose de algunas amistades suyas, tomó algo que no le pertenecía y cuando fue descubierto, inesperadamente, hizo un show. Debido al impacto que tuvo su discurso, bastante negativo, debí expulsarlo de un grupo que llevo con otras personas y en el que organizo una parte importante de mi día a día.

En lugar de reconocer su error, esta persona hizo todo un drama y habló pestes no solo de mí sino de todos los que quisieron que reconociera su error. Trató además de generar un caos en la organización y finalmente, tuvo un ataque de violencia verbal en el que insistía tener la razón.

Dos días después, durante un evento, habló con las autoridades del mismo, pero, después de escucharme, esas mismas autoridades hicieron que desistiera. Nuevamente, el drama era suyo, pero en esta ocasión se retiró del sitio, esperando que alguien lo detuviera, cosa que nadie hizo.

Aunque estuve muy molesta por las palabras injustas que había proferido hacía mí y hacia toda la organización, terminé entendiendo las frustraciones que podían haberle acompañado durante toda su vida y decidí, soltar esa rabia que estaba creciendo dentro de mí, porque, de todas maneras, ese comportamiento no me pertenecía.

¿Hay manera de ayudarlos?

Algunos especialistas en este tema recomiendan apoyo psicológico para estas personas, pues, creen que sus comportamientos derivan de carencias emocionales, así como de otra cantidad de situaciones que una persona sin criterio en el tema tal vez podría empeorar.

Lo primero que debes tener en cuenta es cuáles son sus características, entonces, aquí te las digo, así que presta atención:

  • Expresan sus emociones de forma muy teatral y exagerada.
  • Frecuentemente tienen cambios bruscos de humor.
  • Son completamente influenciables
  • Tienen la necesidad de ser siempre el centro de atención
  • Son provocadores, es decir, a través de sus palabras, comportamientos, acciones, aspecto, buscan la atención que necesitan
  • Generan situaciones incómodas para poder crear las condiciones para sus escenas
  • No tienen responsabilidad emocional ni afectiva
  • Suelen ser personas inmaduras e irracionales

Entonces, estarás preguntándote, ¿qué hacer con una persona así? o también, puede que seas tú quien se vea reflejado en estas letras, por lo que lo te diré que debes armarte de mucha paciencia para en primer lugar, reconocer y, en segundo lugar, accionar.

Para esto, te voy a dejar algunos tips con los que podrás calmarte y a identificar estas situaciones que hacen explotar las emociones:

  • Reflexiona. Es muy importante que te tomes el tiempo de respirar profundo, tratar de entender y especialmente, reflexionar sobre lo que está ocurriendo antes de reaccionar de manera impulsiva.
  • Aprende a gestionar tus emociones. Lo primero que debes hacer en esta etapa es rápidamente tratar de entender lo que estás sintiendo y de inmediato, ponerle nombre a esa emoción luego de responderte qué te expresa esa emoción, como puedes controlarla y cuál sería la emoción correcta para una situación como la que vives.
  • Aprende a solucionar sin alterarte. Cuando todos los días tenemos retos y situaciones que resolver, gestionamos de mejor manera las respuestas que tenemos a los estímulos que se nos presentan. Comienza tratando de hacer frente a las frustraciones más pequeñas, a los temas inconclusos que menos emociones negativas te generen y trata de hacerlo de una manera ordenada y metódica.
  • Busca ayuda. En caso de que sientas que tus explosiones y carácter iracundo y temperamental está llevando las riendas de tu vida y has perdido el control sobre ella, es bueno y muy recomendable que hables con un espcialista que te ayude a entender y a gestionar tus emociones frente a los estímulos del día a día.

Hay situaciones que realmente nos sacan de nuestras casillas y generalmente, quienes viven su vida con altas dosis de adrenalina y estrés, además de sentimientos de abandono y sobre carga, tienden a ser personas explosivas que necesitan de alguna manera, liberar todas esas energías que llevan dentro.

Sin embargo, gestionarlas, es la parte más difícil y entiendo que muchos de los que me leen, se sentirán identificados si digo que, al menos una vez en la vida, hemos perdido el control de nuestras emociones y hemos terminado convertidos en una estrella dramática sin darnos cuenta.

De hecho, yo misma lo viví en varias oportunidades, pero, afortunadamente, entendí que las riendas de mi vida las llevo yo y que nada podría hacerme perder el control, aunque reconozco que éste se pierde y se va de vacaciones ante situaciones de injusticia.

Lo bueno es que sabiendo cuáles son los detonantes de mis propias situaciones, he podido gestionar con madurez mis emociones y entender que nada de lo que pase en esta vida es tan importante como para dejar ir la paz y la tranquilidad, y especialmente, el orgullo que siento cuando logro resolver mis situaciones de una manera calmada y que me produce bienestar.

Así que, si lo tuyo es el drama, déjame decirte que además de perder tu cordura, también tienes una alta probabilidad de perder a las personas que quieres y que, en algún momento, se cansarán de tus berrinches y la vida, mi querido lector, no es tan bonita ni amable cuando te encuentras solo, no en soledad, sino solo contigo mismo y esa parte tuya de la que todos querrán huir.


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