Atlántida: La Ciudad Perdida de Platón que Permanece en la Memoria de la Humanidad
Mucho es lo que se ha escrito, dicho y oído sobre La Atlántida, esa ciudad que Platón nombró en una de sus obras y que durante siglos ha desencadenado no solo la curiosidad, sino las investigaciones sobre la presunta existencia de esta civilización avanzada que según cuenta la historia, fue destruida.
Nada despierta más la imaginación de los entusiastas de la historia como los descubrimientos submarinos, que van desde ciudades hundidas hasta los millones de naufragios aún inexplorados en el lecho marino. El fondo de los mares y océanos del mundo ha sido descrito como el museo más grande del mundo, a pesar de que menos del 1% del fondo del océano ha sido estudiado hasta la fecha.
Tal vez sea entonces, esa cifra abismal de diferencia la que despierta la curiosidad, imaginación y creatividad de muchas generaciones de humanos que definitivamente, ha volado con los relatos de Platón acerca de ese mundo avanzado que tuvo ciudadanos que vivían entre Dioses y humanos y que poseían riquezas incalculables, pero que debido a la corrupción que al parecer, también en ese tiempo existía, los Dioses decidieron desaparecer para siempre.
Lo interesante de esta historia es que aunque no se han hallado pruebas de su existencia, muchos son los sitios en los que se le ubica y de hecho, los pocos datos ofrecidos por Platón, se han vinculado de una manera impresionante con la humanidad, y hasta con el plano místico y espiritual, en el que además, algunos creen saber incluso, hasta como respiraban los habitantes de estas tierras.
La imaginación como ya hemos visto con anterioridad, es en definitiva, infinita pero aunque no se han encontrado rastros de este mundo que supuestamente nos precedió, muchos están seguros de que sí existió y que sus restos se encuentran en algún lugar esperando ser hallados por el hombre para entonces así confirmar las teorías.
Hoy hablaré de este tema y, como siempre, tú mi querido lector, tienes la última palabra sobre la certeza que quieras darle a lo que aquí te escribiré, así que sin más preámbulos, ¡Comenzamos!
La Más Buscada por los Exploradores
Por supuesto que todos quienes han ido detrás de la historia de la Atlántida, además de la curiosidad por explorar los restos de una ciudad que se cree que existió, también buscan su propia gloria pues por siglos, los hombres de la historia han tratado de hallar al menos un indicio debajo del mar, que les conecte con la narración de Platón.
Esta isla paradisíaca estaría hundida en el mar según detalló Platón en los diálogos que sostuvieron Timeo y Critias en el año 360 A.C. Sin embargo, es importante aclarar que Platón no narró como protagonista, sino, desde la experiencia que había oído de alguien más. Es decir, este mundo perdido, al parecer, le fue descrito al Filosofo por otra persona que a su vez, había escuchado la historia de otro más.
Los últimos dos milenios, exploradores, científicos, biólogos y cualquier cantidad de expertos y personas han perseguido la historia de esta increíble isla, pero la verdad es que hasta el momento y aunque se han hallado resto de extensiones y construcciones muy antiguas bajo el mar, hasta ahora nadie ha podido confirmar que se trataría de La Atlántida.
Hasta la actualidad, nadie ha sido capaz de encontrar un lugar que corresponda con exactitud a la descripción ofrecida por Platón, pero esto no ha sido limitante para que cualquier cantidad de teorías hayan nacido de lo que algunos han clasificado como un mito.
De hecho, tampoco se sabe a ciencia cierta si los diálogos del filosofo son producto de hechos reales que alimentó además con su imaginación, pues sobre la Atlántida, nadie antes de él la mencionó y todos los que lo hicieron después, se basaron en su historia.
Entonces, pensar que fue cierto, es asumir como verdadera la Mitología en la que Dioses como Poseidón, que por cierto fue el creador de la Atlántida según Platón, realmente existieron y se cruzaron con humanos.
Una de las aristas de esta curiosa historia, es que cada uno de quienes han expuesto sus teorías, desdeñan de las anteriores, lo que da lugar a que se piense que las interpretaciones de los antiguos traductores con respecto a la obra de Platón, pudieron haber fallado.
Es muy frecuente, por ejemplo, que cada uno de los investigadores de este tema intente demostrar posibles localizaciones de la ciudad perdida y escoja evidencias que se ajusten a su propia hipótesis y rechace cualquier otra.
Cabe hacer entonces una pregunta: ¿Son los datos ofrecidos por Platón tan abiertos como para que todos vayan por el mundo buscando la isla del misterio sin coincidir en más puntos que en el hecho de que esta isla no ha sido hallada?
Lo que me parece razonable es, por ejemplo, entender que las obras de Platón no fueron escritas para la audiencia que las ha estudiado en los últimos milenios, sino para los estudiantes de su academia de filosofía, quienes estaban alejados totalmente de la fantasía del cine moderno.
Las Atlántidas del Mundo
Si analizamos, por ejemplo, la hipótesis que surgió sobre la Isla de Santorini que indudablemente, fue la más cercana a la historia de Platón, hallaremos entonces que fue desechada a pesar de encajar con la descripción de la Atlántida pues aunque existen similitudes, por ejemplo en los anillos concéntricos de tierra y agua, hubo un dato que desterró su legitimidad y es que no hubo manera de ubicarla en los períodos de 9.600 AC que afirmó Platón, así que la cronología terminó hundiendo esta posibilidad.
Otro de los descubrimientos de ciudades submarinas que se piensa, pudo haber inspirado la imaginación de Platón, fue la ciudad de Pavlopetri, la cual al momento de ser encontrada en 1904 por primera vez y luego, redescubierta en 1960, arrojó una data de antigüedad de al menos 5 mil años AC.
Esta ciudad que estaba a 4 metros bajo el agua del océano, está ubicada en la región del Peloponeso en el sur de Grecia, cerca de un pequeño pueblo llamado Pavlopetri y se cree que es la ciudad submarina planificada más antigua conocida en el mundo.
Obviamente, al ser noticia, muchos la relacionaron con la Atlántida y de inmediato, la imaginación voraz comenzó a tejer historias e hipótesis. Sin embargo, al parecer esta también fue descartada como la ciudad perdida nombrada por el filosofo.
Es curioso que a pesar del hallazgo de Pavlopetri, que es la ciudad más antigua y de planificación increíblemente avanzada encontrada en la historia, la obsesión por la Atlántida siga despertando el interés por encima de estos descubrimientos.
De hecho, es impresionante lo que allí se encontró, pues esta civilización se cree que tenga una antigüedad de 5000 años AC y su hundimiento pudo haber ocurrido unos 1100 años Ac; sin embargo, Pavlopetri posee un diseño increíble y una arquitectura impresionante que echa por tierra la versión de que la humanidad antigua era mucho menos avanzada que la moderna.
En esta ciudad hundida se encontraron restos de unas muy bien diseñadas carreteras, casas de dos niveles que incluían jardines, templos, un cementerio y un acueducto que incluía canales y tuberías de agua. Además, en el centro de la ciudad, había una plaza con una longitud 40 por 20 metros y la mayoría de los edificios tenían hasta 12 habitaciones.
Al respecto, Jon Henderson, el encargado de dirigir el proyecto, indicó que aunque se sabe de la existencia de sitios hundidos con mayor antigüedad, ninguno se compara a la planificación de Pavlopetri.
Es de destacar que Pavlopetri es la primera ciudad submarina en ser levantada digitalmente en 3D, para lo que se usó tecnología de mapeo de sonar, lo que permitió su reconstrucción digital con fotos absolutamente realistas que se convirtieron en referencia en el mundo de la arqueología submarina.
¿Una historia basada en sitios reales?
A lo largo de la historia, y hay que ver qué tan extensas y variadas han sido en los últimos dos mil años las versiones e hipótesis sobre La Atlántida, muchos son los descubrimientos que se han hecho en búsqueda de esta ciudad perdida, lo que ha traído además, otra cantidad de exploraciones y sitios que se han estudiado para saber si efectivamente corresponden a La Atlántida, siendo en todos los casos negativos.
Debo destacar que hasta el momento no existe una investigación definitiva sobre La Atlántida y aunque esta ciudad se niega a morir al menos en la imaginación de todos los que saben de ella, recientes estudios sobre la obra de Platón habrían indicado errores serios en las primeras traducciones de sus escritos, lo cual da un aire de duda razonable a todo lo que se ha dicho al respecto.
Sin embargo, ese mismo estudio concluyó no solo que La Atlántida estaba situada en el Mar Mediterráneo y no en el Atlántico, sino además, el descubrimiento, existencia e identificación de Santorini, la isla que más se ha parecido a la descripción de Platón.
Santorini tiene características físicas que corresponden en su totalidad con la descripción de Platón en lo que se refiere a topografía, cronología, geología volcánica, flora y fauna.
Pero además de esto, el hundimiento de la misma, tal y como la Isla de Platón, se produjo luego de una inundación de proporciones máximas y pudo haber arrojado entonces, un cierre al misterio que por siglos ha mantenido al hombre ocupado en su búsqueda.
Los expertos aseguran que al comparar las dos ciudades, es muy probable que estas son las tierras que detalló Platón. Y es que al norte de la isla, estaba una zona montañosa que llegaba hasta la costa y bajo ésta existía un valle cuya superficie abarcaba 555 Km cuadrados. Tal y como la Atlántida de Platón.
Por debajo de este valle había otro valle aún más pequeño con una superficie de unos 370 Km cuadrados, lo que encaja con la Isla Principal que Platón describió.
Santorini es una isla dentro de otra isla pues está formada de un volcán marino que se hundió, así que de ella podemos apreciar su forma de anillo, la inundación de su interior y la pequeña isla en el centro.
Se cree que se hundió 1600 AC y que antes de que esto ocurriera, contaba con una sola abertura en su anillo exterior, lo que permitía que las embarcaciones entraran a sus dominios.
Con este descubrimiento, algunos expertos aseguran que Platón, como muchos otros filósofos antes y después de su existencia, basó su obra en una ciudad real y de hecho, en una civilización real, en este caso Santorini, sin dejar de usar su imaginación para crear la historia narrada en sus textos.
Es decir, tanto la isla como su civilización fueron reales y Platón se entera de ellas a través del boca a boca de los antiguos griegos, y es cuando con la intención de comunicar sus ideas, crea la historia de La Atlántida, para exponer entonces la relación de lo divino y lo humano, así como su pensamiento sobre la corrupción y otros temas sociales y conductuales.
Recordemos que Homero hizo lo mismo con su obra La Ilíada, una historia ficticia que gira en torno de un un lugar real y con extractos de experiencias ocurridas en otras épocas.
¿Qué fue lo que dijo Platón?
Como ya te dije, antes de Platón, nadie más había hablado de esta isla o continente perdido, como le quieras decir y de hecho, todos los que hablan posterior a él, lo hacen tomando como referencia ese diálogo que se produjo en una de sus obras y que ni siquiera está completo.
Siendo así, te contaré qué fue exactamente lo que se dijo de La Atlántida en ese diálogo entre los filósofos Critias y Timeo, a través de una conversación que sostienen con Sócrates y Hermócrates.
Todo esto parece ser ficticio pues se cree que estos filósofos nunca mantuvieron estas conversaciones y de hecho, se sigue discutiendo si Timeo fue un personaje histórico real o si también fue producto de la imaginación de Platón.
Pero, como el misterio de La Atlántida no vamos a resolverlo en este artículo, te cuento que fue lo que dijo Platón y que armó todo este misterioso asunto que lejos de parecer tener un fin, cada día tiene un nuevo argumento de parte de quienes siguen investigándolo.
Para empezar, te cuento que luego de producirse el ascenso de los Dioses Griegos como gobernantes del universo, éstos se repartieron el mundo. Zeus quedó siendo el gobernante supremo y suyos eran los cielos; mientras que Hades se quedó con el inframundo y Poseidón obtuvo los mares y océanos.
Concretamente, en el océano Atlántico, que aún no tenía nombre, había 7 pequeñas islas que estaban consagradas a la Diosa Perséfone pero otras tres islas de gran tamaño fueron consagradas para distribuirlas entre Hades, Amón y la más grande, fue para Poseidón.
Fue justamente la de Poseidón la que acabó gobernando todas las demás islas del océano.
Pero antes de que eso ocurriera, te cuento que Poseidón obtuvo para sí La Atlántida y en ella se fijó en cierta ocasión. Fue entonces cuando se dio cuenta de que la isla era hermosa y que en ella habitaban Evenor, un hombre nacido de la Tierra y Leúcipe su esposa, quienes tenían una hija llamada Clito.
Para cuando Clito había crecido hasta alcanzar la madurez, sus padres ya habían muerto de ancianos y fue en ese momento cuando Poseidón se fijó en ella y quedó totalmente enamorado.
El Dios fue a su encuentro y entonces se unieron, por lo que él quiso protegerla de los hombres del mundo exterior para lo cual excavó en la isla, tres anillos de mar que alternó con otros dos anillos de tierra ubicándolos de menor a mayor proporción. Todos estaban separados por distancias idénticas que aislarían a Clito en la isla central.
Los dos anillos mayores, tanto el de tierra como el de mar, medían tres estadios de ancho; el siguiente par, medía dos estadios de ancho; el último de los anillos medía un estadio de ancho y la isla central que se había tallado dentro de la propia isla medía cinco estadios de diámetro.
Además, Poseidón se ocupó de convertir la isla en un paraíso, para lo que hizo emerger del suelo dos manantiales de agua caliente y fría, y por su condición divina, hizo que la tierra fuera extraordinariamente fecunda.
Así continuó haciendo arreglos en la isla para hacerla tan próspera y hermosa como le fuera posible. Finalmente, La Atlántida quedó compuesta principalmente por montañas en su zona norte y por una gran llanura de forma oblonga en el sur, que se extendía por unos tres mil estadios.
La Atlántida, según Platón, era más grande que Libia y Asia juntas. Sin embargo, es bueno mencionar que en aquellos tiempos los griegos no conocían cuánto de grande era el continente asiático por lo que probablemente, la historia se refiera a que la Atlántida era tan grande como Libia y el oriente próximo juntos, lo cual ya es bastante exagerado. Tanto que de hecho convertiría a la Atlántida no en una isla sino en un continente.
Aún en aquella época en la que empezaba a desarrollarse una navegación muy básica y nada recomendable para adentrarse a alta mar, era posible llegar a estas islas ya que se encontraban muy próximas a las columnas de Heracles, que es lo que conocemos como el Estrecho de Gibraltar y todas ellas estaban muy próximas entre sí.
Los herederos de La Atlántida
De la unión de Poseidón con Clito, nacieron cinco parejas de gemelos varones. El primero de ellos fue Atlas y a él se le nombró el Rey y gobernante supremo de la Isla. A partir de él fue que la isla obtuvo su nombre e igualmente, el océano pasó a llamarse Océano Atlántico.
A su gemelo, Gadiro, también se le dieron tierras y a él le correspondió la zona más cercana de la Atlántida al estrecho de Gibraltar, denominada por derivación de su nombre Gadiríca o Gadeira. Esta región sería al parecer, la más oriental de La Atlántida.
Al siguiente par de gemelos los llamó Anferes y Evemo, a los terceros Mneseo y Autóctono, el cuarto par fueron Elásipo y Méstor y al último par de hermano, los nombró Azaes y Diáprepes.
Por supuesto, todos los herederos recibieron sus respectivos feudos en la isla que había sido dividida en 10 dominios y cada uno de ellos era gobernado por su propio rey.
Sin embargo, por sobre todos ellos gobernaba Atlas, cuyo feudo era el territorio central que había pertenecido a su madre Clito y en donde su padre había erigido personalmente un palacio para él.
Así fue como comenzó la extirpe de los Atlantes que luego vieron llegar a humanos provenientes de Europa y Asia, haciendo que la población pronto se volvió próspera y numerosa.
Los atlantes descubrieron que la isla era rica en metales preciosos, especialmente en oricalco, un metal legendario que algunos piensan que sería una aleación natural entre el cobre y el oro, mientras que otras fuentes deducen que era de bronce y plata y otros en cambio opinan que era algo parecido al ámbar. En cualquier caso, este mineral o metal era más valioso que la plata y el oro juntos.
Respecto a la fauna de la isla, Platón asegura que era bastante próspera aunque no especificó qué animales la habitaban, excepto por los elefantes y toros que, al parecer, eran típicos.
En cuanto a la flora, todo lo fresco y sabroso tenía presencia en la Isla. Raíces, follaje, maderas, frutas, legumbres y bebidas, comidas y aceites así como cualquier dulce o extracto medicinal imaginable, se producía o reproducía ahí.
La arquitectura de los Atlantes
Los atlantes construyeron puentes entre los anillos de tierra para conectarlos entre sí y junto a éstos cavaron túneles para que los barcos pudieran pasar por la ciudad alrededor de la montaña, así como muelles, paredes de roca en los fosos y un gran canal que lo conectaba todo al océano. Al puerto podían acceder hasta los barcos de mayor tamaño, lo que hace pensar que ellos ya habían desarrollado la navegación más avanzada de la época.
Cada paso de cada puente estaba custodiado por puentes y torres y una muralla rodeaba cada anillo de la Atlántida. Los muros que se levantaban en la ciudad estaban hechos de piedras rojas, blancas y negras, muy por el contrario de las típicas representaciones artísticas en las que abundan los tonos azules.
A su vez, sobre la muralla del anillo exterior, aplicaron ornamentos de hierro, sobre la del anillo interior casiterita y sobre la muralla que circundaba la acrópolis, adornos de oricalco.
Existían por toda la isla casas de elaboración simple, mientras que otras resaltaban por su belleza y colorido pero definitivamente, lo que más desatacaba era el complejo palaciego del núcleo de la Atlántida.
En el centro de éste se hallaba el templo de Clito y Poseidón, el cual estaba rodeado de un muro de oro y era allí donde cada año se rendían tributos y ofrendas a Poseidón desde las 10 regiones de la isla.
Además, había otro templo, con un estadio de longitud y 300 pies de ancho. Los exteriores del complejo palaciego estaban enteramente recubiertos de plata, excepto las cúpulas que eran de oro.
También existía un altar acorde en grandeza y excelencia a este templo. En el interior predominaba el revestimiento de oricalco y la techumbre era una especie de caleidoscopio que hacía un espectáculo multicolor nacido de la unión entre el marfil, el oro, la plata y el propio oricalco.
Toda la estancia se hallaba repleta de diversas imágenes de oro, en su mayoría, ofrendas. Pero entre todas, resaltaba una enorme estatua de Poseidón de pie sobre un carro, sujetando las riendas de seis caballos alados y rodeado por 100 nereidas sobre delfines.
De igual forma se hallaban en el exterior estatuas de oro en gran número que representaban tanto a la realeza como a particulares autóctonos de renombre o extranjeros notables.
El agua fría y caliente de los manantiales era conducida por un ingenioso y muy avanzado entramado de canales y cisternas que la distribuían por toda la ciudad y para cada uso, ya fuera higiénico u ornamental. Todo el paisaje era destacablemente fresco y acuático.
El principio del fin
El gobierno de la Atlántida se había extendido a muchas otras islas, así como a algunas regiones de tierra firme como los pueblos de Libia e incluso, Egipto y partes de Europa.
En caso de guerra estaba establecido que cada rey aportara al ejército la sexta parte de sus carros de guerra, dos legiones de jinetes a caballo, dos legiones de caballos sin carro, una legión de infantes con escudo, una legión de aurigas, dos legiones de oblitas, dos legiones de arqueros, dos legiones de honderos, tres legiones de lanzadores de piedras, tres legiones de lanceros y cuatro legiones de marineros para cubrir la tripulación de 1200 naves.
Esto era en el caso de que la ciudad capital gobernada por Atlas se viera comprometida. Distinta era entonces la distribución de los otros 9 feudos restantes para sus contiendas particulares, lo que según explicó Platón, llevaría un tiempo excesivo para narrar y explicar.
En cuanto a la guardia de la ciudad, ésta se dispersaba en numerosas estancias, determinándose en función del grado de su fidelidad, la cercanía de las mismas a la acrópolis. De este modo, a los que más muestras de virtud y lealtad mostraban, se les otorgaba el privilegio de vivir circundando a los reyes.
Estos reyes debían de juzgarse unos a otros para asegurar el buen funcionamiento de la Atlántida y esto era precedido por sacrificios de toros que eran ofrecidos a Poseidón.
Para la ejecución del sacrificio, los 10 reyes debían cazar a uno de estos toros y degollarlo sobre la columna de oricalco, para luego ofrecer todas las partes del animal y llenar una crátera a partir de 10 coágulos de sangre, uno por cada rey, para finalmente, limpiar la columna y arrojar los restos al fuego.
Una vez llegada la noche y amainado el fuego sacrificial, se vestían con togas color púrpura y se sentaban junto a las ascuas.
Te cuento que lo del color púrpura no es una casualidad, pues en esas épocas al parecer, el tinte púrpura era algo muy difícil de conseguir, por lo que las prendas y ornamentos de este color eran no solo carísimas sino escasas, así que solamente podían permitirse este lujo las clases más ricas y poderosas de la sociedad.
Una vez se hubiese apagado el fuego, los reyes procedían a juzgarse mutuamente, transcribiendo los juicios en una tablilla de oro, la cual junto a sus vestimentas, daban como ofrenda al amanecer.
La ley más importante que debían cumplir los reyes de La Atlántida era la que prohibía atacarse mutuamente y que además, los invitaba a cooperar entre todos ante cualquier eventual ataque extranjero. Además, los reyes no podían condenar a muerte a ningún pariente a no ser que seis o más reyes, lo aprobasen.
Esto empujaba a los atlantes a dirigir todo afán de conquista o expansión de sus riquezas y dominios hacia el mundo exterior y te cuento que esa fue su perdición.
Ellos avanzaron insolentemente como un gran imperio desde el océano atlántico sobre toda Europa y Asia, al punto de que La Atlántida no encontraba rival que lograra imponerse frente a ellos.
Pero como todo algún día acaba, llegaron hasta Grecia e intentaron esclavizar en un ataque a toda la región, acción que ya habían repetido con éxito en muchas ocasiones.
Al principio, Atenas condujo en la lucha a todas las demás ciudades griegas pero eventualmente, se vio obligada a combatir en solitario cuando los demás ejércitos griegos se fueron rindiendo o agotando.
Atenas resistió hasta el final y logró una gran victoria sobre los atlantes, e incluso, fue capaz de liberar de la esclavitud a todas las naciones vecinas.
Este fue el principio del fin para la Atlántida. Para entonces, la sagrada estirpe de Poseidón y Clito se había mezclado demasiado con la sangre humana vulgar a través de las sucesivas generaciones de reyes por lo que las virtudes divinas se fueron diluyendo entre los vicios humanos hasta que la sociedad atlante pasó de ser gloriosa y llena de bondad a tiránica y ególatra.
Textualmente, la historia dice así:
El Dios de Dioses, Zeus, se dio cuenta de que una extirpe buena estaba dispuesta de manera indigna y decidió aplicarles un castigo para que se hicieran más ordenados y alcanzaran la prudencia. Reunió a todos los dioses en su mansión más importante, la que instalada en el centro del universo, tiene vista a todo lo que participa de la generación y tras reunirlos dijo..
Y es en esta parte de la historia en la que finaliza el escrito de Platón, de una manera abrupta que llegó a frustrar a muchos, pues nunca dijo que fue lo que expresó Zeus.
En todo caso, al parecer, los dioses decidieron tras esta conversación, destruir la Atlántida, aproximadamente entre el año 9 mil y 9500 Antes de Cristo.
Fue así como La Atlántida colapsó tras un violento terremoto y un diluvio extraordinario que duró un día y una noche.
Según Platón, la gigantesca isla desapareció en el mar, lo que además produjo un gran banco de arcillas y barros en el océano que lo hizo intransitable durante años.
Aunque en este artículo no mencioné la manera en la que el mundo místico ha relacionado la existencia de La Atlántida con el mundo espiritual y energético, te cuento que en esta corriente se asegura que los seres humanos actuales provenimos de esta mezcla entre dioses y humanos.
Si es o no verdad, no está en mí reconocerlo, sin embargo, las teorías son siempre interesantes y lo cierto es que es un lujo conocer las distintas variantes que existen sobre esta narración de Platón y la manera en la que cada una de ellas se amolda a una realidad.
Como te dije antes, a pesar de los descubrimientos de ciudades enteras con muchísima data de antigüedad y que son interesantísimas en lo que se refiere a historia real, muchos siguen soñando en encontrar La Atlántida de Platón, sin pensar siquiera en que puede ser esta, producto de un cruce entre realidad e imaginación.
Tú, ¿Qué piensas al respecto? Me encantaría leer tu opinión.
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