Hilo Rojo: El destino que une a quienes se aman

Hay personas que llegan a tu vida y que cuando aparecen, te hacen sentir la emoción de por fin haberlas encontrado después de un largo tiempo de haberlas estado esperando sin siquiera saberlo.

Generalmente, son esas personas que cuando te hablan, cuando te escuchan, cuando te miran y les miras, cuando te tocan y les tocas, cuando te huelen y las hueles, pareciera que están hechas para ti pues con ellas te acoplas perfectamente en cada situación y etapa de tu vida.

Hay historias tan románticas que pudieran perfectamente encajar en esa vieja leyenda japonesa que habla sobre un hilo rojo que une los destinos de dos que se aman y que además, no siempre deben ser enamorados sino que puede atar almas que definitivamente, deben estar juntas en ésta y en todas las vidas en las que decidan vivir, pese al vínculo con el que decidan hacerlo.

Dicen que el amor verdadero se encuentra solo una vez y lo sabes porque te pasas el resto de la vida tratando de encontrar a alguien que te haga sentir igual

Ciertamente, la leyenda del hilo rojo es una de las más difundidas en los últimos tiempos y es que todos queremos tener ese amor que nos alimente la humanidad y que nos haga experimentar las mariposas que vuelan en el estomago y que además generan brillo en los ojos, paz en el alma y calma en el espíritu.

Hoy te hablaré no sólo de esta historia fantástica sino además, de las posibilidades que tienes de encontrar a ese amor que aún siendo imperfecto, es perfecto para ti y que tal vez, exista sin que aún los extremos del hilo rojo que te conectan con él, se hayan encontrado. Comenzamos.

Una Leyenda Atada al Amor

La historia del hilo rojo no tiene data ni se sabe realmente si su origen es japonés o chino, pero cuenta la vida de un emperador muy joven que quería encontrar una esposa para casarse y así, formar la familia que debía tener para dirigir el destino de sus ciudadanos.

En su Imperio, había una hechicera muy poderosa quien al parecer, podía ver el destino de los enamorados uniendo los extremos de los hilos rojos de las personas, por lo que el emperador al saber de su existencia, mandó a buscarla para ahorrarse tiempo en tener que conocer a muchas mujeres sin saber si realmente serían la ideal.

Este joven y orgulloso rey, quería que la bruja encontrara lo más pronto posible a quien sería su mujer, por lo que luego de hablar con la hechicera, la acompañó en la cruzada por los caminos y pueblos que la bruja fuera indicando tras seguir el hilo rojo que solo ella podía ver.

Este hilo, era una especie de atadura que había entre dos almas que en una existencia previa habían decidido encontrarse en una vida próxima, así que el Emperador estaba muy interesado en hallar la suya.

Después de caminar por varios días, atravesar un montón de pueblos y sortear caminos y montañas, finalmente, la bruja acompañada del Emperador y un séquito de sirvientes que le seguían, entraron en un pueblito muy humilde de agricultores.

Una vez allí, llegaron a un mercado en el que los aldeanos vendían la producción de sus cosechas del día y ahí, entre la gente, sentada en el suelo mientras amamantaba a su bebé, una pobre, fachosa pero joven mujer, terminaba el hilo rojo que invisiblemente estaba atado al meñique del Emperador.

El hombre, incrédulo y molesto al ver la pobreza y las fachas de aquella joven madre, hizo un escándalo y tan furioso estaba que empujó a la campesina, lo que hizo que esta perdiera el equilibrio y terminara soltando a su pequeña cría que cayó al suelo rompiéndose la frente con una piedra.

Sin presentar ni una sola excusa por su violento e inexplicable temperamento, el iracundo hombre se fue no sin antes mandar a expulsar de su imperio a la hechicera que según su opinión, se había burlado de él. No hubo súplicas ni palabras que quisiera escuchar después de haber visto a quien la hechicera decía, era la portadora del otro extremo de su hilo rojo.

Muchos años pasaron y aún el Rey seguía soltero por lo que ya cansado de esperar por una esposa, decidió escuchar a sus consejeros quienes le hablaron de una fina y culta dama que se había mudado a sus dominios junto a sus padres. Como era de esperarse, el hombre quiso conocer a la familia pero la tradición no le permitía ver a la novia salvo el día de su boda, así que una vez que el padre dio el sí, se iniciaron los preparativos para la boda con aquella desconocida dama que se convertiría en su compañera de vida.

Una historia predestinada

Por fin llegó el día y el Emperador, emocionado salió a la iglesia donde por fin encontraría a su esposa. Una vez dentro del templo, la vio llegar con un hermoso vestido bordado en oro y un velo largo y brillante que cubría su rostro. Estaba desesperado por conocer el rostro de su amada. Llegado el momento, levantó el velo y pudo ver la piel lozana de su prometida, así como su mirada brillante, su cabello oscuro, su boca de cereza, su rostro perfecto y dulce y ¡Oh, oh!, una cicatriz mediana en forma de luna en su frente.

Sin embargo, tan hermosa era su doncella que decidió continuar la boda pues con solo una mirada supo que esa menuda y elegante mujer era la indicada para entregar su amor. Tiempo después, ya consumado el matrimonio en el que se sentía cada día más enamorado, el Emperador preguntó a su esposa la razón de aquella cicatriz que en forma de luna enmarcaba su frente.

Fue entonces cuando la mujer, dulcemente, le contó la historia. Un día, mientras su madre vendía una cosecha de hortalizas en el mercado de su aldea, un arrogante príncipe llegó al pueblo y sin mediar palabras, empujó a su mamá, quien en ese momento la estaba amamantando, por lo que ella terminó en el suelo y una roca perforó su frente. Tuvo suerte de quedar con vida porque seguramente, algo bueno tenía que hacer en este mundo.

El emperador no lo podía creer. Aquella hechicera a quién expulsó del pueblo había tenido la razón y su hilo rojo sí terminaba en ese lugar, solo que no era la madre de la niña quien lo tenía en su meñique sino esa bebé que había caído al suelo y se había roto la frente.

El hombre sintió pena por lo sucedido pero después de pensarlo bien, contó a su esposa la versión del hecho y le pidió perdón. Ambos vivieron felices el resto de sus vidas y es justo ahí, donde termina la leyenda del hilo rojo.

Un amor para toda la vida

Muchos pasan la vida buscando a esa otra mitad que les proporcionará las mieles del amor y que según cuenta la leyenda, está también buscándole o esperándole en algún lugar del mundo.

Y es que hacerse de estas historias se hace muy fácil cuando se cree en el destino y cuando se tiene un alma romántica que ve en este tipo de encuentros, la perfección del amor de pareja.

Y aunque muchos, en efecto, tengan un amor propio o referencial para la historia que se parece a esa definición del hilo rojo, la verdad es que muchos otros dudan de su existencia.

Sin embargo, todos hemos conocido a esa persona que cambia nuestro mundo y la percepción que tienes del amor. Y es que muchos de nosotros hemos experimentado tocar el cielo con las manos cuando conocemos a esa persona que de un momento a otro llega y pone nuestro mundo de cabeza y con quien empiezas a entender que no habías sido feliz más que en percepciones que no llegan al nivel que alcanzas cuando le tienes.

Ese alguien por quien no necesitas motivos para amar porque solo lo amas y ya, se acabó el asunto, entiendes que nunca antes y nunca después, conociste a alguien así.

Hace unos meses hablé de las Llamas Gemelas y aunque tiene sus diferencias con la Leyenda del Hilo Rojo, también se asocia la magia y el destino al amor de pareja a una conexión especial y que trasciende entre dos personas que se aman y que deben pasar por ciclos de reconocimiento para poder encontrarse.

El hilo rojo, igual que las Llamas Gemelas, hablan del querer de una forma kármica que no puede eludirse. Es un cordón mágico invisible que une a seres que se han amado en otras vidas y que han dejado ese amor sin concluir o no lo pudieron disfrutar y por destino deben vivirlo en su presente, no importa dónde viva cada uno o cuál sea su circunstancia.

Nunca podrás escapar a tu corazón, así que es mejor que lo escuches

Pablo Coello

La tradición enseña que el hilo va cediendo y moldeándose a la situación de los enamorados sea cual sea, pero a pesar de las circunstancias, éste nunca se rompe y contrario a eso, son los giros e imprevistos de la vida los que pondrán las situaciones para que las personas en sus extremos se conozcan y se unan ya que es un karma ineludible.

Como ya te dije, ese hilo nunca se puede romper y si en esta vida estamos unidos a alguien por él, es frecuente que otras relaciones que tengamos fracasen ya que por inercia tendemos a juntarnos con personas que no son las destinadas a nosotros y formamos parejas con quien nos pone la vida delante y confundidos por atracción, deseo u otros intereses, nos unimos, entonces con el tiempo entendemos que no es más que cariño o apego a relaciones que no nos complementan. Esas relaciones terminarán cuando la vida las rompa con traiciones o dolor. Así sabrás que no eran tu destino.

Otra de las leyendas cuenta que un anciano que vive en la luna, sale cada noche en busca de almas destinadas a amarse y las ata con ese hilo mágico e invisible esperando que éstas puedan encontrarse, reconocerse y juntarse.

A veces, notamos en nuestro interior que la pareja con quien estamos no nos complementa y deseamos que esa persona cambie o que la vida nos traiga ese compañero con el que soñamos compartir un amor mágico y que se conecte a nuestra esencia,

Cuando ese deseo aflora, comienza a fluir a través de ese cordón energético en búsqueda de su correspondencia. La otra persona, de igual manera, sentirá ese deseo y lo transmitirá desde su extremo hasta que todo llegue al punto de unión en el que ambos están preparados para encontrarse.

Señales de que encontraste a tu otro extremo

Es importante que aprendamos a leer las señales del corazón para saber si esa persona que está a nuestro lado es, en efecto, la que se encuentra en el otro extremo de nuestro Hilo Rojo.

  • Te sientes mejor persona desde que llegó a tu vida
  • Te sientes más seguro y lleno de confianza a su lado
  • Cuando están juntos, llegan a tu mente recuerdos o sensaciones que no recuerdas haber vivido en esta vida
  • Tus deseos o intenciones, se complementan con los de esa persona
  • Cuando están juntos sobran las palabras y cada uno intuye lo que piensan o va a decir el otro
  • Cuando piensas en cómo quieres estar en un futuro, esa persona está incluída en esos pensamientos
  • Te muestras tal cual eres y te sientes libre de hacer y decir tus pensamientos y sentimientos pues estás seguro de que éstos compaginan con los suyos
  • Han pasado situaciones difíciles que hubieran roto cualquier otra pareja pero notas una fuerza invisible que te impide romper esa relación
  • En cada momento quieres dar lo mejor de ti y notas que la otra persona actúa de igual modo
  • Sabes con certeza que no vas a fallar ni te fallarán
  • En tu peor momento has percibido su presencia y sabes que estará ocurra lo que ocurra
  • Le amas y respetas tanto que sientes que no tienes nada qué buscar en otras personas y sientes la misma confianza de su parte

Hilos Encontrados

En la red, abundan historias acerca de parejas que se han unido y disfrutan de un amor feliz, luego de haberse topado sin conocerse en épocas de su infancia, o en encuentros casuales en los que ni siquiera se sabían.

Tal es el caso de Justin y Amy, quienes se conocieron por internet y comenzaron una relación de pareja cuando ambos ya habían pasado los 30 años. Un día, hablando sobre sus primeros amores, Justin le comento a su prometida que había tenido una novia en preescolar que llevaba su mismo nombre. Hablando un poco más se dieron cuenta de que habían estudiado en la misma escuela y cuando buscaron las fotos, ¡Sorpresa! se reconocieron cuando niños. En este caso, lo que estaba destinado a pasar, pasó. Hoy están felizmente casados.

Como éste, hay cientos de casos que evidencian la existencia del hilo rojo y en el que como por arte de magia, fotografías antiguas muestran que una pareja ya se había encontrado sin estar conscientes de su existencia y aunque luego vieran transcurrir sus vidas sin saberse, volvieron a unirse y se dieron cuenta de las coincidencias.

En el mundo de las psicología estas coincidencias se traducen en casualidades y los expertos recomiendan la no idealización de las parejas, sean cuales sean sus circunstancias de encuentro, pues esto lleva a altas expectativas que posiblemente se desmoronen con el día a día y acaben terminando una relación que pudiera ser exitosa.

Sin embargo, en el mundo espiritual y metafísico, las casualidades no existen por lo explican que cada hoja que se mueve en el universo tiene una intención y un por qué, así que este tipo de encuentros en la galaxia energética se llama Destino y cada uno de nosotros no solo tenemos uno sino que a ese, le agregamos los acuerdos previos que hemos hecho con otras almas para encontrarnos.

Como dato curioso quiero decirte además, que el hilo rojo no solo une a parejas sino también a otro tipo de conexiones como por ejemplo, padres e hijos e incluso, hermanos.

En la cultura oriental, especialmente entre padres que esperan adoptar a un hijo, frecuentemente son usadas expresiones que hacen alusión al Hilo Rojo del Destino para indicar esas uniones que se dan luego de una adopción con la llegada de un integrante a la familia.

Hoy quiero decirte que sea cual sea tu historia de amor, esta debe contener respeto e individualidad y especialmente, esa conexión que no sabemos si es de experiencias kármicas pero que sí aporta una complicidad única a la pareja que rara vez puede encontrarse en otro tipo de relaciones sentimentales.

Es importante que entiendas que aunque tengas en algún lado del mundo a alguien esperando por ti, también es bueno que experimentes el amor en sus distintas etapas en lugar de quedarte esperando que algún día llegue a ti la persona indicada.

Obviamente, no te estoy recomendando que tengas relaciones sentimentales a diestra y siniestra, pero sí es bueno que experimentes el amar y ser amado

Si pides señales al universo, cree en ellas cuando aparezcan.

Y tú ¿Crees en el Hilo Rojo del destino? ¿Te ha pasado? ¿Crees en el destino? ¿Crees que las personas que están destinadas a estar juntas, algún día llegan a conocerse?


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4 thoughts on “Hilo Rojo: El destino que une a quienes se aman”

  1. Había escuchado alguna vez está historia, gracias por escribir sobre ella. Me parece estupenda y creo fervientemente en los acuerdo previos…Fascinante.!!! Gracias por compartir.

    1. Me alegra profundamente encontrarte y saber que resuenas con este tema. Gracias una vez más por dejarme tus comentarios. Estos temas para mi son fascinantes

  2. Hola, me encanto y me siento muy identificada!!! yo conoci y estoy segura que es así, al amor de mi vida de una manera magica, por telefono y por correo, trabajabamos en la misma empresa, pero diferentes estados… y poco a poco se fue dando la relación, 5 meses despúes de conversaciones y escritos, nos vimos por primera vez y la conexión era como si nos conocieramos de toda la vida y nos estabamos rencontrarnos … ambos sentimos lo mismo, estar juntos era magico, me sentia super mujer maravilla a su lado y cuando nos despediamos era como si una parte de mi se desprendia y me daba mucha melancolía… luego de 3 años de relación, él enferma de Cancer de Pulmon… a los 6 meses fallece y desde el 04.03.2007 que falleción hasta hoy a casi 15 años de su partida fisica, sigue siendo lo mejor y el gran amor que conocí!!! de hecho no he vuelto a tener pareja, porque ni antes ni despúes de él, he conocido algo similar o mejor que esa relación… y estoy segura que nos espera otra vida para culminar lo que en esta y en vidas pasadas, no hemos logrado. Eso sí, su partida me ha hecho mejor persona, siento que vino a mi vida para hacerme mas humilde, solidaria, empatica, sensible…

    1. ¡Wow! Qué historia tan hermosa pero además, la manera que tienes de contarla me deja saber que no hay un rastro de tristeza en ti porque estás segura de que volverán a encontrarse. Qué agradecida debes sentirte de haber encontrado a ese amor que como dices, ya había acordado contigo volverse a encontrar. Gracias por tomarte el tiempo de contar tu historia y hacérmela saber. Feliz Noche y nuevamente, ¡Gracias!

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